Los que
tenemos algunos años ya sabemos que es lo que pasa generalmente cuando
una
banda nueva empieza a aparecer por todos lados, cuando les empiezan a
palmear la espalda masivamente. En los último diez o quince años vimos
desaparecer sin
dejar rastros a unos cuantos. No necesariamente por falta de calidad o
méritos
musicales, pero cuando cierta prensa empieza a inflar a la Última Gran
Cosa Nueva,
sabemos que en muchos casos no conviene entusiasmarse mucho y hasta a
veces ni
siquiera hace falta invertir los treinta o cincuenta minutos que lleva
escuchar
un disco.
No es el
caso de Tame Impala, por suerte. Han hecho un segundo disco incluso mejor que
el primero, que Innerspeaker, del 2010. Esta es música moderna en el mejor
sentido. Puede gustarte o no, eso seguro, pero es difícil negar que acá estamos
frente a algo actual, fresco, novedoso. Hay influencias, hay puntos de partida,
pero no son guiños evidentes, es bastante arduo establecer puntos de
comparación con otras bandas así que ni siquiera vale la pena ponerse a citar
los típicos “se parece un poco a esto o a lo otro” porque también es probable
que pifiemos y que estos australianos veinteañeros ni siquiera hayan escuchado
a ese supuesta referencia ineludible.
Las
canciones de Lonerism son pegadizas pero no en el sentido tradicional de la
palabra, los ganchos y lugares que ofrece para “agarrarse” no son los
habituales, te podés quedar pegado a una interminable reverberación de los
teclados (de eso hay mucho) o a una voz fantasmagórica que aparece y desaparece
en la mezcla, pero no te vas a quedar tarareando un estribillo infinitamente.
¿Eso es bueno o malo? Y… no lo vamos a decidir nosotros, pero es raro, es
nuevo, incomoda un poco y eso lo hace interesante. Por ese mismo motivo es
complicado hablar de las canciones individualmente; Lonerism fluye y transcurre
como un disco, como una totalidad. ¿Hasta que punto eso es calculado o
intencional? Tampoco es fácil decidirlo, suena espontáneo y sincero y eso es lo
que -al fin y al cabo- importa.
Ahora
tienen en frente un verdadero desafío; el tercer disco de estudio. Generalmente
es el que confirma todo lo auspicioso de los primeros trabajos pero también
suele ser el que entierra definitivamente a un grupo o solista. Ahí es cuando
ya se puede decir si fue suerte, azar o talento. Esperemos que sigan con paso
firme, Lonerism es un muy buen indicio.
Chequear también:
The Church - Magician Among the Spirits
Tame Impala - Innerspeaker
Grizzly Bear - Shields
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