sábado, 24 de agosto de 2013

Humble Pie - Town and Country

Prácticamente todos conocemos a Humble Pie, a al menos los hemos sentido nombrar, medio a la pasada, siempre relacionados con los Stones, los Faces, los festivales al aire libre y cierto rock and roll cuadrado y básico, medio boogie, de temas como “30 Days in a Hole” o “I Don’t Need No Doctor”. Pero esta, la primera etapa, de los dos primeros discos para el sello Inmediate de Andrew Loog Oldham, es otra historia, bastante diferente.

El corazón de la banda lo componen Steve Marriott, ex-Small Faces y Peter Frampton, ex The Herd y número fijo en las radios de rock adulto (y adulterado) en los siguientes años. Pero no nos adelantemos ni dejemos que el prejuicio se ponga alerta.

Si los conocés del super clásico Smokin’ o el muy famoso Live at the Fillmore te vas a llevar una sorpresa, muy grata por cierto. En Town and Country es otra banda, otro estilo, hay veriedad, sobra calidad y las interpretaciones son delicadas y rebosan buen gusto. Ya “Take Me Back” el tema que da comienzo al LP marca la pauta; formato semi-acústico, atmósfera campestre, una voz soulera que es una delicia en sí misma, percusión en vez de batería completa… empezamos bien. La primera maravilla sonora no se hace esperar mucho, llega de la mano de “The Light of Love”, en donde Marriott se da el gusto de rasgar una cítara, en una canción que bien podría haber formado parte de los discos de los Bee Gees de esta época, de Odessa o Trafalgar, con unas armonías vocales muy cuidadas. Frampton se luce con un solo de guitarra acústica corto y efectivo (como debe ser) y el estribillo va a parar a otra parte, un verdadero temazo. Suena “Cold Lady” y te das cuenta de que, a pesar de que este no es un disco muy famoso, no debe haber pasado desapercibido para los músicos, esto es Traffic de John Barleycorn Must Die, es lo que hizo Weller cuando se dejó de joder con Style Council y volvió a poner el foco en el rock de guitarras, Wild Wood, Stanley Road, etc.

En “Down Home Again” se puede vislumbrar el sonido de la banda que estaba a la vuelta de la esquina y por el que serían recordados y amados por muchos a lo largo y ancho del mundo. ¿Y que tal una belleza country bien británica? Tenés “Every Mother’s Son” ideal para mostrarle a ese amigo fan de Led Zeppelin de donde viene lo que hacía Jimmy Page cada vez que desenchufaba la Les Paul. ¿Una yapa? Una preciosa versión de una canción que ya era una hermosura; “Heartbeat” de Buddy Holly.

Cuando los Humble Pie volvieron de gira de Estados Unidos se enteraron de que Inmediate había quebrado y eso explica una parte del fracaso -comercial- de Town and Country. Claramente inmerecido.





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domingo, 18 de agosto de 2013

Julian Cope - 20 Mothers

Cualquiera que haya estado leyendo estas páginas sabrá que Julian H. Cope, el anticuario moderno, es poco menos que un Dios pagano en nuestra imaginaria religión politeísta, por eso no vamos a extendernos demasiado con datos biográficos o intentar ubicar al Archi-Druida en ninguna línea de tiempo ni nada que se le parezca.
Sí vamos a hablar de uno de sus grandes discos, en una carrera llena de obras cumbres, 20 Mothers, del ’95, se destaca particularmente.
¿Quién hubiese pensado que a Cope le importaba la familia? Pero ese parece ser el concepto unificador destrás de las canciones, incluso en el librito que acompaña la edición en CD y vinilo, le da rienda suelta a sus ideas, citando frases de gente tan diferente como Yoko Ono, Wayne Kramer o Carl Jung. Aproximadamente en la época de Jehovahkill, empezó a llenar las notas internas de los discos con reflexiones, citas y explicaciones tan delirantes como entretenidas, haciendo que tener los discos en formato físico sea casi indispensable.

Lo primero que llama la atención en 20 Mothers es la producción, ya en “Wheelbarrow Man”, una canción dedicada a su hermano, se escuchan ruiditos y detalles que son una verdadera delicia auditiva y eso es una constante a lo largo del disco, un disco en el que no faltan los experimentos y las excentricidades. Hay gemas inmediatas como “Try, Try, Try”, quizás el último hit de Mr. Cope, con ese video memorable en el que aparecía portando orgullosamente su remera de Neu! (recordamos: esto era a mediados de los noventa). Hay experimentos pop simpáticos como “I Wandered Lonely as a Cloud” o “Stone Circles ‘n’ You”, que salen adelante casi exclusivamente por el hecho de que las canta él y no otro.

No faltan los himnos, esos que tan bien le salían y a los parece resistirse últimamente, uno es “Queen/Mother” con un base bien pensada -y pesada- o “Highway to the Sun”, un temazo por donde se lo mire. Como 20 Mothers es un disco doble, monolítico, hay lugar para todo y todo convive en paz, incluso el folk pagano de “1995”, según su propia definición, viene casi pegado a una canción de cuna con guitarra y voz. También hay un euro-pop tan ridículo como efectivo (“como el osito Pooh voy a trepar hasta tu miel”), si Cope iba a competir con Pet Shop Boys lo iba a hacer mejor, parece querer decir.

No vale la pena comentar todas las canciones de un disco doble, sería realmente aburrido pero vale decir que varios temas enormes no fueron siquiera mencionados, 20 Mothers es así, un disco aventurero, que se atreve prácticamente a todo y que casi siempre sale bien parado. Como Julian Cope, digamos.





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jueves, 8 de agosto de 2013

5 Canciones 5: Jane, Guru Guru, Gallon Drunk, Swervedriver y Melvins

Woman Drum
Guru Guru
¿Qué tomaban los alemanes en la década del setenta? En el medio del cuarto disco -homónimo- de Guru Guru aparece esta cancioncilla medio en joda, medio en serio. Para levantar un poco la pata del acelerador ante tanta psicodelia de esa que exige concentración pero que paga... ¡y como!. Una especie de R&B deforme en donde no se privan, a pesar de la aparente simpleza, de dejar caer un buen puñado de ideas interesantes.
Aparece originalmente en: Guru Guru (1973)


Rock 'n' Roll Star
Jane
Muchas veces etiquetados erróneamente como kraut-rockers, los alemanes de Jane tenían más que ver con el rock espacial de bandas como Hawkwind y el primer hard-rock. En "Rock 'n' Roll Star" le pegan unas cuantas pitadas a los porros y se mandan con esta semi-zapada fumona para elevarse a unos cuantos centímetro del suelo. Gran riff, un cantante especial, raro y una banda que sabía improvisar sin olvidarse que el público también se tenía que divertir. Incluye tremendo solo de guitarra intergaláctico.
Aparece originalmente en: Jane III (1974)


How Does It Feel to Look Like Candy?
Swervedriver
En este temazo del tercer disco de Swervedriver dejan de lado la temática velocidad/autos pero no se olvidan de enchufar los amplificadores al máximo para lograr un muro de guitarras del que Spector hubiera estado envidioso. Tampoco se olvidan de tirar (medio al descuido) un estribillo memorable, con respuesta de bronces y todo. Una banda muchas veces olvidada cuando se habla de la movida shoegazer, no tienen nada que envidiarle a Ride o a los Jesus & Mary Chain de Honey's Dead.
Aparece originalmente en: Ejector Seat Reservation (1995)


Series of Dreams
Gallon Drunk
Reventados, borrachines y nocturnos, los Gallon Drunk saben reconocer una canción genial, sin dudas. Agarran una de las mejores canciones de los últimos veinte años de Dylan (un descarte de Oh Mercy) y lo llevan para su propio terreno. "Estaba pensando, en una serie de cosas, nada demasiado específico, eran simplemente una serie de sueños". Cantada por James Johnston, que no por nada formó parte de los Bad Seeds, una banda con la que tienen más de un punto en común.
Aparece originalmente en: Fire Music (2002)


Attitude
Melvins
Disco nuevo de covers de los Melvins. Extrañísima selección de canciones, más de una sorpresa, no esperábamos menos. Si mirás la lista de temas decís "los Misfits, lógico" pero no. Es la de los Kinks, de Low Budget, la etapa más mainstream de Ray Davies y cia., a priori, nada que ver con Buzz Osbourne y sus compañeros de turno. ¿Y la versión? Tremenda, super punk roquera, gritada, aullada, muy buenos coros. Le devuelven la fuerza que la producción algo desteñida de la original había descartado.
Aparece originalmente en: Everybody Loves Sausages (2013)






jueves, 1 de agosto de 2013

Bill Ryder-Jones - If...

Una melodía de cuerdas al frente, atrás un verdadero entramado a cargo de una orquesta, de repente surge un piano con otra melodía… ¿John Williams? ¿Música de películas? No; es el primer disco solista de Bill Ryder-Jones, alguien que estuvo a cargo de las seis cuerdas en The Coral, otros también oriundos de Liverpool, durante casi diez años.
Y la verdad es que sorprende y de la forma más inesperada. Cuando alguien se va de un grupo puede ser por varios motivos pero acá es claro (clarísimo) que el tipo estaba en otra. Acá no hay absolutamente nada del rock/pop sixtie de su antigua banda, de hecho la mayoría de las composiciones son instrumentales. De guitarra poco o casi nada.
Inspirado por Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino, Ryder-Jones pinta su aldea con la ayuda de la Orquesta Filarmónica de Liverpool y esta vez no es como suele suceder, que la orquesta está metida a la fuerza en las canciones, acá es exactamente lo contrario. Para darse una idea bastante aproximada, recién en el tercer tema, en “Leaning (Star of Sweden)” se escucha la voz de quien firma este disco, una voz que tiene en expresividad lo que no tiene en recursos técnicos, un Nick Drake del siglo veintiuno se podría decir. Es una mezcla de folk barroco con música de cámara, todo teñido de una melancolia extraña, ideal para meditar o leer. Con la gran salvedad de que se trata de una música a la que, si uno le presta atención, se le pueden encontrar detalles nuevos todo el tiempo.

¿A quién está apuntado If…? Es una pregunta que puede llegar a surgir porque esto, sin dudas, no es música para acompañar a su generación, ni mucho menos, va a contramano de prácticamente todo, no es fácil de digerir y requiere de mucha atención para encontrar sus virtudes y sutilezas. La respuesta es simple; a nadie. Quien quiera oír que oiga parece decir cada una de las canciones. El autor parece haberse contentado con seguir a su musa hasta las últimas consecuencias, sacrificando cualquier pretensión de éxito comercial.

Tan mal no le fue, la crítica lo trató bien, incluso mejor que a sus ex compañeros, y este año sacó una suerte de continuación, un disco parecido pero un poco más orientado a la canción. Por suerte hay gente que sigue intentando escribir la música clásica de nuestros tiempos.  






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Bill Ryder-Jones - A Bad Wind Blows In My Heart
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