miércoles, 26 de diciembre de 2012

The Kinks - Muswell Hillbillies

Para principios de la década del setenta ya se veía venir que el mundo iba a ser difícil de cambiar. Y si iba a cambiar no iba a ser con el poder las flores y las buenas vibras. A diferencia de muchos, Ray Davies lo supo siempre a eso. Cuando todos estaban con los caftanes y escuchando música en un estado de coma auto inducido, el estaba haciendo Village Green Preservation Society, su manifiesto personal. ¿Conservador? ¿Reaccionario? Podría ser. Lo que es seguro es que el líder de los Kinks siempre quiso ser diferente y siempre actuó de acuerdo a sus instintos. Cosa que muchas veces le jugó en contra, pero esa es otra historia.

Después del super éxito que significó el single de “Lola” y la relativamente aceptable recepción de su LP correspondiente los Kinks firman para RCA y ahí es cuando empieza una nueva etapa, con otro brusco golpe de timón, con el fantástico Muswell Hillbillies. Si “hillbillies” son los campesinos yanquis (eternamente vistos con desdén por la gente de ciudad) y Muswell Hill es el barrio londinense en el que se criaron los hermanos Davies la cosa ya tiene sentido y cierra desde el título mismo. El disco es una mezcla a priori imposible e improbable; jazz de Nueva Orleáns, country del costado del camino (filtrado por The Band) y la infaltable flema inglesa de la que quizás sea la banda más inglesa de todos los tiempos.

Ray Davies
encontraba respuestas al fracaso del sueño metiéndose en su propio caparazón, volviendo a la infancia y al barrio. ¿El primer disco de rock barrial? Podría ser ¿no? Pero acá había sentido del humor, nunca podés tomar al pié de la letra a este tipo porque siempre hay una pizca importante de ironía, como cuando dice en el temazo que abre el disco, en “20th Century Man”, “Vos quedate con todos tus escritores modernos tan inteligentes, a mi dame William Shakespeare, quedate con todos tus pintores modernos tan inteligentes, yo me quedo con Tiziano, Da Vinci y Gainsborough”. O sino al final, en el tema que da título, cuando declara su miedo a la modernidad y dice que “me van a hacer estudiar locución porque dicen que mi acento está mal, ellos van a vaciar los barrios pobres pero nunca van a matar mi orgullo cockney”. Pero todo esto sonaría muy solemne si no fuera por la música. Es música alegre, simpática, llena de vida. Con arreglos inteligentes, como cuando hace un arreglo mariachi al final de la frase “ron, oporto y tequila” en “Alcohol” un lamento medio tanguero sobre los desastres de la demoníaca botella. Los arreglos de piano del “pibe nuevo”, de John Gosling son una verdadera delicia, como lo que toca en la coda de “Have A Cuppa Tea” o en la ultra melancólica “Oklahoma U.S.A.”, casi al final del album.

Incluso para los hermanos Davies (que rara vez coinciden) Muswell Hillbillies es uno de los mejores discos de los Kinks y muchos fanáticos lo tienen en altísima estima. Lo que es seguro es que es un disco distinto, muy rico a nivel musical y lírico. Nunca volvieron a hacer uno como este. Una verdadera declaración de principios. Pero como dijo Groucho Marx, si no te gustan estos principios no importa; Ray Davies también tenía otros.




Chequear también:
The Kinks - Everyboy's in the Showbiz
Ry Cooder - Boomer's Story
Gorky's Zygotic Mynci - How I Long to Feel that Summer in My Heart


jueves, 20 de diciembre de 2012

Dinousaur Jr. - I Bet on Sky

Hay algo en Dinosaur Jr. que hace pensar que siempre les faltó algo. Y ese algo es simplemente suerte. Mientras que Sonic Youth disfruta de una especie de eterno revival, con fanáticos que ni habían nacido en la época de Goo o Daydream Nation y Nirvana… bueno, se convirtió en lo que todos sabemos, ellos quedaron relegados a la injusta categoría de artistas de culto. Pero ojo, eso al final puede terminar jugando a favor. Por empezar se reunieron después de casi diez años de proyectos paralelos y relaciones que parecían irreconciliables, una banda de estas características… ¿reuniéndose? Si. ¿Y saben qué? Funciona y perfectamente. Son una de las pocas bandas que pueden darse el lujo de decir que se reunieron y que están al mismo nivel -para muchos mejor- que en la etapa clásica, ya van tres discos con este, Beyond y Farm y parece que la cosa avanza con viento a favor.

En esos años en que se putearon públicamente J Mascis demostró que también puede bajar el volumen y hacer canciones despojadas y Lou Barlow formó una de las grandes bandas del rock alternativo de los últimos tiempos; Sebadoh, en donde demostró que es un escritor de canciones hecho y derecho y salió del límite de dos temas por disco impuesto por el apático melenudo (¿Alguien dijo Harrison?). Gente prolífica se podría decir.

I Bet on Sky viene a cerrar la trilogía empezada en el 2007 con Beyond, cuando decidieron hacer las paces y es un claro ejemplo de un grupo jugando y expandiendo su sonido sin sacrificar una pizca de identidad. Alguna vez se les encajó el mote de “country para hacer sangrar los oídos” y por ahí viene la mano también en este flamante disco. Pero ojo que nunca llegan a los niveles de desbarranque sónico de Bug o del primer disco, están un poco más calmados, se nota y tiene sentido; son tipos de cincuenta años. Pero están lejos, muy lejos de ser viejos chotos, en I Bet on Sky sacrifican violencia y furia por control y oficio, son mejores músicos y es evidente en cada una de las canciones. Escuchen el solo de Mascis en “Watch the Corners”, sigue siendo el Neil Young de la generación siguiente pero ya no pretende arrancarle la cabeza a nadie, hay una maduración y es en el mejor sentido de la palabra.
Está la sensibilidad pop que siempre caracterizó a la banda, pero mientras que antes era más bien velada, ahora aflora sin prejuicios en temas como “Almost Fare” o “I Know It Oh So Well”, con grandes resultados.

Están los que desconfían de esta nueva encarnación de Dinosaur Jr. Se basan en que en las entrevistas ni se miran o que en vivo tienen una comunicación extra musical prácticamente nula. Pero en realidad Mascis siempre fue un cultor del arte de la apatía y un entrevistado -como mínimo- lacónico, siempre dejo que la música hablara por sí misma. Con una trayectoria como la que ya tienen y con un disco como I Bet on Sky… ¿Quién puede achacarles algo?




Chequear también:
Dinosaur Jr. - You're Living All Over Me
Sebadoh - Bubble & Scrape
J Mascis - Several Shades of Why



jueves, 13 de diciembre de 2012

5 Canciones 5: Savage Resurrection, The Droogs, Mad Professor, The Cramps y Erland & the Carnival


Every Little Song
The Savage Resurrection
Otros psicodélicos provenientes de San Francisco (¿Serían todos "acid eaters"?). Arranca con un arpegio de acorde menor y ya de movida el clima es amenazante. Acá produce el guitarrista y capo de Blue Cheer. Las voces fantasmagóricas dan paso a una acelerada de tempo tipo Yardbirds, con ruidos de guitarras que se derriten. En menos de dos minutos dijo todo lo que tenía que decir. Quedó clarísimo. 
Aparece originalmente en: The Savage Resurrection (1968)
A Bit of Ready, Made Sauce
Mad Professor
Mad Professor es uno de los pocos capos del reggae que logró trascender relativamente intacto la "edad de oro" del género. En este disco colabora con Yellowman, otro colorido personaje jamaiquino (mas bien descolorido en realidad) y en "A Bit of Ready, Made Sauce" lo deja pasar al frente mucho más que en el resto del LP. Yellowman hace lo que mejor sabe hacer y brilla. La producción, como siempre, es un lujo para los amantes del groove dulzón y espeso.
Aparece originalmente en: A Feast of Yellow Dub (1984)
Reach the Dawn
The Droogs
Estos aparecen en la tercer caja Nuggets, vienen batallando en el anonimato hace miles de años y -aparentemente- todavía siguen en pié. Una banda que sacó muchos simples antes de llegar al primer disco. Esta joya de rock de raíces yanqui esta en el tercero, en Mad Dog Dreams. El cantante tiene una actitud tremenda, entre Jagger y Joey Ramone, buenos coros y un excelente riff -y sonido- de guitarras. Rock and roll. Clásico.
Aparece originalmente en: Mad Dog Dreams (1989)
Let's Get Fucked Up
The Cramps
Podría traducirse como "vamos a reventarnos" y la letra es exactamente lo que el título promete. Para bailar a go-go desquiciadamente. Lux Interior (que en paz descanse) también nos advierte de las consecuencias de una noche de excesos: "mañana nos vamos a sentir como atropellados por un camión" o "vamos a necesitar un psicólogo para volver a la realidad". El "solo" de Posion Ivy es ridículamente genial. ¿O genialmente ridículo?
Aparece originalmente en: Flamejob (1994)
Emmeline
Erland & the Carnival
Excelente banda actual, ultra-psicodélicos y oníricos. Recuerdan a muchas cosas pero no imitan a nadie, tienen dos discos hasta la fecha y esta pequeña obra maestra aparece en el segundo LP de estudio. Entre los Easybeats y los primeros Pink Floyd, suenan un poco a lo más retorcido de The Coral. Como todas las bandas buenas modernas, tienen diez mil influencias y terminan haciendo algo que, si bien no es enteramente "nuevo", es válido e interesante.
Aparece originalmente en: Nightingale (2011)

sábado, 8 de diciembre de 2012

Bob Dylan - Slow Train Coming

Hoy parece casi increíble pero en esta época, a fines de la década del setenta, escuchar a Bob Dylan no estaba bien visto. Al menos escuchar los discos que estaba sacando en ese momento porque los clásicos nunca perdieron vigencia. Bob había visto la luz y tenía un entusiasmo y una energía que hacía rato no sentía. Sermoneaba a su público en los conciertos y no dudaba en trenzarse en discusiones mano a mano con los fanáticos que se hartaban y le pedían sus temas viejos.

Pero la etapa más desmitificada y hasta parodiada de Mr. Zimmerman tiene sus defensores. Y algunos famosos también. Charly García siempre dijo que este es el mejor disco a nivel musical de Dylan y Nick Cave no duda en elegirlo entre sus favoritos de todos los tiempos. Pero claro, los detractores no son pocos y también hay que entenderlos. En Slow Train Coming, el primero de la llamada “Trilogía Cristiana”, encontramos al ex poeta surrealista, al ex cronista de los males de este mundo y al ex marido libidinoso (y despechado) convertido en una suerte de predicador de los evangelios. Bajando línea y tomando partido por una causa que creía justa. Que creía es muy evidente, se transmite con claridad y eso sin dudas es algo digno de valorarse, le aporta a las canciones, termina jugando a favor. Los cínicos lo detestaron, casi está de más decirlo. Pero acá no vamos a determinar la validez -o no- de sus argumentos. Sí vamos a recordar lo buenas que son las canciones que sacó a relucir Dylan acá, se ve que la epifanía le aporto nuevos bríos. “Precious Angel” tiene una de las mejores melodías que jamás ha escrito y lo mismo pasa con “I Believe In You”, con un estribillo que te dan ganas de arrodillarte y pedir por favor que te pase lo mismo que a nuestro héroe.

¿Y la guitarrita de Mark Knopfler? ¿No es ese otro gran argumento? Ese sonido inmediatamente identificable le da mucho color a las canciones y termina siendo un elemento decisivo. Ni hablar de la producción del enorme Jerry Wexler, grabado en los legendarios estudios Muscle Shoals, Slow Train Coming es un disco al que se le prestó atención desde todos los ángulos, las ganas de transmitir el mensaje de Dylan eran grandes por lo visto. Finalmente, en los último años de la década, los artistas del “primer mundo” estaban empezando a adoptar el reggae y acá está la relectura de Dylan del asunto en “Man Gave Names to All the Animals”. El LP empezaba con la diatriba más directa de todas las que compuso, con “Gotta Serve Somebody” (vapuleado por Lennon en formato canción), instando a todos a darle sentido a la vida mirando más allá del individualismo, su meta era el Cristianismo, pero Dylan siempre deja una puerta abierta y entonces aclara que “puede ser el Diablo o puede ser el señor, pero tenés que servir a alguien”.

Hay que decir que los discos que conformaron la trilogía, Shot of Love y el flojísimo Saved no tuvieron el nivel de Slow Train Coming y quizás por eso abandonó casi de inmediato esta nueva veta, abjurando incluso de estas canciones que casi nunca volvió a tocar en vivo. Ahí es cuando se dio cuenta de que su verdadero Dios era la divisa de color verde con caras de ex presidentes yanquis. Más allá de la ironía, se puede decir cualquier cosa de este trabajo pero… ¿No es preferible un convencido a un intrascendente?





Chequear también:
Bob Dylan & the Band - Before the Flood
Van Morrison - Beautiful Vision
Leonard Cohen - Recent Songs

sábado, 1 de diciembre de 2012

Entrevista: Peter Zaremba





¿Te acordás cual fue el primer disco que te compraste?
¡Por supuesto! Y me acuerdo donde lo compré.
Fué en Klein’s Department Store en el centro de Flushing, era The Best of the Animals. Mi motivo principal para comprarlo era que tenía miedo de no volver a escuchar esas canciones nunca más cuando dejaran de pasarlas en la radio.

¿Cómo aumentó tu colección? ¿Qué seguiste comprando después?
Claro que sí; de hecho era Are You Experienced? de Jimi Hendrix Experience. Fresh Cream fué el que siguió casi en seguida. Pero era un tipo de comprar simples y muchas veces me negaba a comprar LPs si podía encontrar en formato simple los temas que quería. Busqué durante meses el simple de “The Village Green Preservation Society” después de escucharla en la radio y no quería creer lo que me dicían los de la disquería, que era que ese tema en formato simple simplemente no existía.

¿Tuviste obsesiones o fijaciones con algún solista o banda?
Al principio claro que tuve muchas fijaciones; The Yardbirds, The Kinks (por ende Ray Davies... hasta que lo conocí), Procol Harum e incluso Brian Ferry y Roxy Music pero hoy mi única fijación son los Fleshtones.

¿Hay discos de compañeros de escena que te gustaría recomendar?
Esta es siempre una pregunta difícil y mi mente se pone en blanco. Siempre está Rock Starve de The Bags, los dos discos de The Flies y el LP de The Titanics son todos favoritos. Esos son todos de bandas de Boston de los ochenta. De la escena de los setenta diría Suicide de Suicide, aunque nada se compara con los shows que daban en aquel entonces. ¡Había que estar ahí!

¿Escuchés música nueva?
Bueno… no escucho mucha música nueva porque con la mayoría me resulta difícil relacionarme pero me gustan muchas de las bandas con las que tocamos hoy en día.
The Ugly Beasts y The Sons of Hercules de Texas son dos de esas. Cualquier cosa de The Swinging Neckbreakers vale la pena buscar. En realidad hay un montón de música buena dando vuelta. Mucha música jamaiquina/R&B que viene de Inglaterra es muy interesante, pero igual me jode. Se toman tantos años descalificando cierta música que me encanta decir “eso es VIEJO y no tiene valor” y apoyando basuras totales y diciendo “no, tenés que hacer esto para que tenga validez” y de repente adoptan la música que siempre amé diciendo “ahora ESTA es la música que TENDRÍAS que haber hecho”. Te vuelven loco.

Perdón por esta pero…  ¿Cinco para la isla desierta?
- Aftermath de los Rolling Stones
- Kontroversy de The Kinks
- El primero de The Velvet Underground
- The Best of Chuck Berry
- Una buena colección de Fats Waller (aunque esto terminaría volviendome loco.
¿CD, vinilo o MP3?
Elegiría vinilo, obviamente por el sonido, pero sin dudas la arena se metería en la púa por eso a lo mejor el MP3 sería más práctico en la isla. Pensandoló bien, un poco de viejo reggae/rock steady vendría muy bien en esta isla. ¿Habría palmeras? ¿Algo de ron?


¿Algun tesoro escondido por ahí?
Como dije, no podés errarle si conseguís Rock Starve de The Bags. Todo el mundo conoce todo sobre cosas raras de los sesenta, así que eso ya no es raro hoy. ¡Ah! Y me olvidé de nombrar algo de The Lyres. ¡No podés errarle con Jeff Connolly! Y también diría que no te va a decepcionar si conseguís una copia de Vs. Reality del ‘87 o More Than Skin Deep del ’98, ambos de mi banda, los Fleshtones. ¡Te va a sorprender saber lo que te estabas perdiendo!

¿Colaboraciones?
No he hecho mucho por afuera de los Fleshtones pero tuve un proyecto paralelo que se llamó The Love Delegation, hicimos dos LPs que son muy buenos. Estoy muy orgulloso de esos discos pero como perdí mucha plata con eso me “curé” de los proyectos paralelos. También produje el disco Where the Tiger Kills the Deer de Los Mescaleros, una banda hispano-parlante de Francia, a principios de la década del noventa, busquen “Deseo” en Youtube. También produje el disco Heatwave ’88 de la banda griega Last Drive (busquen “I Love Cindie” en Youtube) y también la regrabación de una hermosa canción, “Bubblegum Couple” para la banda de Finlandia 22-Pistipirrko. En realidad siempre me fascinó grabar y me gustaría producir más. Incluso fui asistente de grabación en el muy extrañado estudio de grabación Coyote, en Brooklyn, en uno de mis discos favoritos de todos los tiempos (y este sí que va a la sección “Tesoros Enterrados”) Los Dudes, de la banda del mismo nombre. Siempre me dolió que nunca me acreditaran en ese disco que es un gran favorito, pero si alguien consigue una copia les aseguro que es oro puro.








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