martes, 23 de julio de 2013

Stereolab - Peng!

Es díficil situarse veinte años atrás y darse cuenta (o calcular) el impacto de esto en su momento. Hoy todo el mundo conoce a Velvet Underground, casi cualquiera sabe más o menos qué es el krautrock y prácticamente todos sabemos que es la bossa nova, algunos hasta escucharon Galaxie 500. Pero estos pibes estaban haciendo esta ensalada hace veinte años y vale la pena repetirlo, remarcarlo. Hoy pueden haber perdido un poco de impacto, sobre todo porque lo escuchás y te das cuenta que esto ha sido -mal- imitado hasta el cansancio, hasta un punto casi insoportable. Los que lo cazaron en seguida y se pusieron a hacer música gracias a ellos… bueno, no entendieron o no les salió ni la mitad de bien que a Stereolab.

Al principio parece que no pasa nada, que los temas discurren en un colchón de teclados y que no hay mucho más que eso. No. Escuchar “You Little Shits” es ver que hay ideas acá. No pocas y bien administradas, bien dosificadas. Es una mezcla clara entre Nico y la Rita Lee de los primeros Mutantes (otra influencia admitida), después de las primeras estrofas aparece un solo de guitarra bien desprolijo y medio atrás en la mezcla, de fondo siguen esos coros medio Cocteau Twins. Después de unos efectos de sonido algo graciosos la batería pasa al frente con un ritmo tan monótono como atrapante y así sigue hasta que termina, en fade, obviamente. ¿Y que viene después? Un punk rock al estilo Buzzcocks en “The Seeming and the Meaning” pero que suena cien por ciento Stereolab, con esas voces lánguidas que pueden hacer que los adores. O que los odies. Como siempre pasa; las características más sobresalientes del sonido de un grupo, las que le dan la personalidad, son las que dividen las opiniones. Pero nadie en su sano juicio puede negar que Stereolab inventó su propia historia.

Peng! es el primer larga duración de la banda, aparecido originalmente en el ’92, que casi desde el principio tuvo que desmarcarse de ciertas etiquetas incómodas, se los tildó de “marxistas pop”, cosa que tampoco era tan descabellada, aunque sí admitían influencias del surrealismo y del situacionismo, algo que enloquecía a ciertos críticos pero también alejaba a no pocos desconfiados.

Visto ahora, con el paso del tiempo, alguien puede decir que se repitieron, que fueron mimados de cierta prensa, que sacaron tres o cuatro discos más de lo aconsejable… Si te ponés a pensar, a cualquier banda o solista le podés encontrar sus “patas flojas” pero en los tres o cuatro primeros discos eran -y son- completamente originales.





Chequear también:
Stereolab - Empero Tomato Ketchup
Air - Walkie Talkie
The High Llamas - Cold and Bouncy


lunes, 15 de julio de 2013

5 Canciones 5: Robyn Hitchcock


Out of the Picture

Acá hay una clase gratuita de cómo agarrar una influencia fácil de identificar (en este caso los Byrds) y llevarla completamente hacia un territorio propio, único. Es el sonido clásico de arpegios de Rickenbacker de doce cuerdas, con dos o tres ideas 100% Hitchcock. El resultado es este temazo de su primer disco como solista después de la breve -pero muy influyente- carrera de los geniales Soft Boys
Aparece originalmente en: Black Snake Diamond Role (1981)
Ye Sleeping Knights of Jesus

Para la época en que salió I Often Dream of Trains (el disco favorito de más de uno) se dudaba seriamente de la salud mental de nuestro héroe, vivía como un recluso y sus canciones parecían habitar una galaxia paralela. Una muestra: "Ví el dormitorio de los Caballeros de Jesús, mirando a través del mar abierto, lo ví y se ven muy cansados para mi gusto". Hay una interesante versión de los Replacements de este tema, de la época más etílica de Westerberg y cia.
Aparece originalmente en: I Often Dream of Trains (1984)
Don't Talk to Me About Gene Hackman

Aparece a lo último de uno de los grandes discos, sin figurar en la lista de las canciones, como track oculto y tiene varios de sus mejores chistes. "... no me hablen de Gene Hackman, a veces aparece sin ropa, o sino con una toalla / y si no es él te toca Andy McDowell". La cultura popular es otra de las obsesiones de Hitchcock y no tomarse nada en serio una constante en su obra. En su época la tocaba mucho en vivo.
Aparece originalmente en: Jewels for Sophia (1999)
I Saw Nick Drake

En este compilado de rarezas y temas que quedaron afuera de Jewels... está esta canción que tiene mucha pinta de ser también una expresión de deseo. Se encuentran y se ponen a hablar, Nick contesta con frases que bien podrían haber estado en sus canciones, demostrando que Hitchcock, como casi cualquier músico que vale la pena seguir, es también un fan. Acérrimo en este caso.
Aparece originalmente en: A Star for Bram (2000)
Death & Love

Acá engloba dos de los temas más importantes -y visitados- de la historia de la música popular, en su último disco de estudio a la fecha. Incluye algún que otro guiño a uno de sus discos favoritos. El clima, los teclados, la voces femeninas de fondo, la progresión de acordes del estribillo... parecen salidos de Avalon, de Roxy Music. Parece que al último excéntrico inglés le queda cuerda para rato.
Aparece originalmente en: Love from London (2013)

miércoles, 10 de julio de 2013

Entrevista: Grant-Lee Phillips




Grant-Lee Phillips las hizo a todas. Fue alternativo con Shiva Burlesque, su primer banda, con la que llegó a hacer dos LP. Después formó Grant Lee Buffalo, uno de los grupos más interesantes de la década del noventa, una banda grunge capaz de bajar los decibeles, que podía ser psicodélico y country (a veces dentro de la misma canción). Desde hace más de diez años viene sacando unos discos solistas que son pequeños milagros de generosidad musical.

¿Te acordás cuál fue el primer disco que te compraste?
Era el Greatest Hits de Elton John. Lo gasté. Podía cantar cada una de las canciones acordándome la letra perfectamente.

¿Cómo siguió creciendo tu colección?
Tenía un montón de LPs para cuando era adolescente; Bowie, Queen, Elton, Kiss, también un montón de cosas country que les agarraba a mis viejos como Johnny Cash, Charlie Pride, Freddie Heart, Charlie Rich, Ferlin Husky, Waylon Jennings… Para el momento en que aparecieron los cassettes me estaba metiendo en cosas como Elvis Costello, The Clash, R.E.M., un montón de bandas nuevas.

¿Tuviste fijaciones con ciertos artistas?
Cuando me meto con un artista o una banda me gusta saber de la historia y de cómo trabajan sus mentes. Me encantan las auto-biografías. Chronicles, Vol. 1 de Dylan es una buenísima.

Al frente de Grant Lee Buffalo, con Paul Kimble y Joey Peters
¿Qué discos recomendás de compañeros de escena?
De mediados de los ochentas a mediados de los noventa fue un período muy interesante en Los Angeles. Eran tiempos más corajudos que los de ahora. También pienso que más creativos. Una de las bandas que me encantaba ver en aquel momento era Savage Republic. Tenían seis o siete guitarristas en el escenario, liderados por el artista visual y guitarrista Bruce Licher. Tocaban instrumentales alrededor de un gran tanque de aceite que contenía una fogata inmensa. Tenían una cosa muy primitiva pero muy urbana, muy de L.A. Bruce hizo el arte interno del single en vinilo de Fuzzy en el ’92 y también tuvo que ver con el lanzamiento de los discos de Shiva Burlesque.

¿Escuchás música nueva?
Siempre paso por etapas en que persigo cosas nuevas activamente pero la verdad es que casi siempre estoy trabajando en una canción así que tengo que tener cuidado con las cosas que le meto a mis oídos. La cantante Samantha Crain, nacida en Oklahoma, es de lo mejor que hay por ahí hoy en día. También he vuelto a tipos viejos como Clarence Ashly y Skip James, pilares del blues y del folk.

¿Cinco discos para la isla desierta? (Perdón, pero la hacemos siempre)
Espero nunca ir a parar a esa isla desierta de la que todos hablan. Solo yo y una pelota de fútbol llamada Wilson. Pero preferiría tener una guitarra antes que una caja de discos.

¿CD, vinilo o MP3? ¿Algún “tapado” por ahi?
Tengo un garage lleno de cassettes, CDs, Cintas, lo que se te ocurra. Miles de demos, bocetos y cosas que pueden o no ver la luz del día. Lo cierto es que no tengo tiempo para escuchar todo eso. Un incendio probablemente sea la mejor opción. Simplemente dejar salir los espíritus y rogar para que vuelvan algún día.

Acordate de elegir cinco discos en los que fuiste invitado
Esta cosa del número cinco… ¿Siempre vuelve no? Aparecí como invitado en unos cuantos discos de otra gente, con John Doe, Aimee Mann, Ricki Lee Jones, Robyn Hitchcock, Eels… No puedo ni acordarme de los títulos ahora pero me encanta hacer ese tipo de cosas con tipos de semejante calibre.








lunes, 1 de julio de 2013

Free - Free

¿No les dan un poco de bronca los discos homónimos? Son difíciles de acomodar, un poco complicados de ubicar pero sobre todo… ¿No podrían haber pensado un título? Es imposible pensar en otro motivo que no sea la falta de imaginación. Casi siempre se trata de debuts, marcan un cambio de sello o dirección estilística. Pero siempre joden un poco.

Acá tenemos otro, el segundo LP de estudio de Free, del ‘69. Acá no hay nada -pero nada- que haga pensar que el título no responde a una falta de ideas. Por suerte el contenido demuestra todo lo contrario. Free siempre será recordada como la primera banda de Paul Rodgers, que recientemente gozó de un nuevo envión de fama cuando lo llamaron para llenar los inmensos zapatos de (nada menos) Freddie Mercury en Queen. Pero Free es bastante más que eso, mucho más en realidad.


Tienen características propias por empezar, a priori es una banda de hard-rock de fines de los sesenta/principios de los setenta pero prestando un poco más de atención… ¡tienen un cantante de soul!. Una cruza entre un Rod Stewart no tan rasposo y un Smokey Robinson con amígdalas inflamadas. Cuando hacen una balada se nota que no es un tema hecho “para darle variedad al disco”, cosa que sucede muchas veces en este género. Es más, las baladas suelen ser los puntos álgidos de los discos de Free. También pueden ser psicodélicos, solo basta escuchar la preciosa “Mouthfull of Grass” para comprobarlo, parece esos temas de Pink Floyd pre-millones en la cuenta bancaria, esos que hacían en More o en Obscured… O sino el ligeramente amenazador -y un tanto blusero- “Free Me”, casi al final.

Otra característica de este disco es que Andy Fraser, el bajista, es co-autor (junto con Rodgers) de prácticamente todas las canciones. Y se nota. Con apenas dieciséis añitos, el muchacho se animaba a usar un instrumento tradicionalmente rítmico o “de apoyo” si se quiere, de una manera completamente melódica. No inventó nada, hay que decirlo, pero no es tan frecuente en este género. Supuestamente había muchos conflictos en el seno interno de la banda, con Paul Kossoff, el guitarrista, reclamando más porcentaje en los créditos y Chris Blackwell, el capo del sello Island, intercediendo para cambiar el productor a último momento.
Después vendrían “All Right Now”, los discos un poco más pesados y la inevitable ruptura, cuando Rodgers se va para armar Bad Company. Pero se puede decir que Free jamás hizo un disco malo. Son pocos años de carrera, varios discos y muy buen nivel. Para tenerlos en cuenta.





Chequear también:

Free - Tons of Sobs
Humble Pie - Town and Country
Foghat - Fool for the City


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