Es díficil
situarse veinte años atrás y darse cuenta (o calcular) el impacto de esto en su
momento. Hoy todo el mundo conoce a Velvet Underground, casi cualquiera sabe
más o menos qué es el krautrock y prácticamente todos sabemos que es la bossa
nova, algunos hasta escucharon Galaxie 500. Pero estos pibes estaban haciendo
esta ensalada hace veinte años y vale la pena repetirlo, remarcarlo. Hoy pueden
haber perdido un poco de impacto, sobre todo porque lo escuchás y te das cuenta
que esto ha sido -mal- imitado hasta el cansancio, hasta un punto casi
insoportable. Los que lo cazaron en seguida y se pusieron a hacer música
gracias a ellos… bueno, no entendieron o no les salió ni la mitad de bien que a
Stereolab.
Al principio parece que no pasa nada, que los temas discurren en un colchón de teclados y que no hay mucho más que eso. No. Escuchar “You Little Shits” es ver que hay ideas acá. No pocas y bien administradas, bien dosificadas. Es una mezcla clara entre Nico y la Rita Lee de los primeros Mutantes (otra influencia admitida), después de las primeras estrofas aparece un solo de guitarra bien desprolijo y medio atrás en la mezcla, de fondo siguen esos coros medio Cocteau Twins. Después de unos efectos de sonido algo graciosos la batería pasa al frente con un ritmo tan monótono como atrapante y así sigue hasta que termina, en fade, obviamente. ¿Y que viene después? Un punk rock al estilo Buzzcocks en “The Seeming and the Meaning” pero que suena cien por ciento Stereolab, con esas voces lánguidas que pueden hacer que los adores. O que los odies. Como siempre pasa; las características más sobresalientes del sonido de un grupo, las que le dan la personalidad, son las que dividen las opiniones. Pero nadie en su sano juicio puede negar que Stereolab inventó su propia historia.
Al principio parece que no pasa nada, que los temas discurren en un colchón de teclados y que no hay mucho más que eso. No. Escuchar “You Little Shits” es ver que hay ideas acá. No pocas y bien administradas, bien dosificadas. Es una mezcla clara entre Nico y la Rita Lee de los primeros Mutantes (otra influencia admitida), después de las primeras estrofas aparece un solo de guitarra bien desprolijo y medio atrás en la mezcla, de fondo siguen esos coros medio Cocteau Twins. Después de unos efectos de sonido algo graciosos la batería pasa al frente con un ritmo tan monótono como atrapante y así sigue hasta que termina, en fade, obviamente. ¿Y que viene después? Un punk rock al estilo Buzzcocks en “The Seeming and the Meaning” pero que suena cien por ciento Stereolab, con esas voces lánguidas que pueden hacer que los adores. O que los odies. Como siempre pasa; las características más sobresalientes del sonido de un grupo, las que le dan la personalidad, son las que dividen las opiniones. Pero nadie en su sano juicio puede negar que Stereolab inventó su propia historia.
Peng! es el primer larga duración de la banda, aparecido originalmente en el ’92, que casi desde el principio tuvo que desmarcarse de ciertas etiquetas incómodas, se los tildó de “marxistas pop”, cosa que tampoco era tan descabellada, aunque sí admitían influencias del surrealismo y del situacionismo, algo que enloquecía a ciertos críticos pero también alejaba a no pocos desconfiados.
Visto ahora, con el paso del tiempo, alguien puede decir que se repitieron, que fueron mimados de cierta prensa, que sacaron tres o cuatro discos más de lo aconsejable… Si te ponés a pensar, a cualquier banda o solista le podés encontrar sus “patas flojas” pero en los tres o cuatro primeros discos eran -y son- completamente originales.
Chequear también:
Stereolab - Empero Tomato Ketchup
Air - Walkie Talkie
The High Llamas - Cold and Bouncy
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