- ¿Te acordás cual fue el primer disco que te compraste?
Más allá de los infaltables vinilos de Pipo Pescador y de María Elena Walsh y de un “You Can’t Stop The Music” de Village People que compré después de la primera fiesta bailable de mi vida (donde un rubio mayor que nosotros nos había hecho bailar torpemente imitando los pasitos de la película, que ninguno de nosotros había visto).
Más allá de todo esto, el primer disco que compré fue un 20 Éxitos de Oro de los Beatles editado por ATC que adquirí en la galería Harrod’s a los 9 años. Ahí fue que todo comenzó.
- ¿Cómo aumentó tu colección? ¿Qué seguiste comprando después?
Mis padres tenían algunos vinilos más de los Beatles, ediciones norteamericanas que se habían traído de recuerdo de los años que habíamos vivido en Los Angeles a comienzos de los 70. No me dejaban ni siquiera acercarme a ellos por temor a que los rayara o los llenase de mermelada, así que en un negocio de usados cerca de mi casa me compré dos discos más de los muchachos de Liverpool: Por favor yo (bizarra traducción local de Please Please Me) y Con los Beatles, que todavía conservo. Después caí en la absurda rivalidad de la época entre Queen y Kiss, aunque sin decidirme por ninguno de los dos, hasta que de casualidad en otro lugar de usados, pero de la estación Retiro, encontré de oferta un cassette de los Kinks, que se volvieron mi banda favorita.
- ¿Tuviste obsesiones o fijaciones con algún solista o banda?
¡Con miles de bandas y solistas! Hubo muchísimos discos que me dejaron anonadado y que cambiaron mi percepción del universo aunque sea por un rato, sobre todo en los años de adolescencia en los que uno está más permeable y puede mutar de un día para otro sin hacerse demasiadas preguntas. Por nombrar a algunos: The Clash, Joy Division, Violent Femmes, The Pogues, Leonard Cohen, Sonic Youth, David Bowie, Patti Smith, Television, Richard Hell…
- ¿Hay discos de compañeros de escena o gente con la que tocás en vivo que te gustaría recomendar?
¡Por supuesto! Recomiendo enfáticamente los discos de Valle de Muñecas, Juan Ravioli, Siempre!, Acorazado Potemkin, Javier Maldonado, Flavio Casanova Rockaband y los platenses Adrián Juárez y Bipolar. De Uruguay, son buenísimos los discos de mis amigos Franny Glass y The Blueberries (estos últimos acaban de editar su segundo álbum, The West, hace escasos días).
- ¿Escuchás música nueva?
Sí, claro, me paso todo el tiempo buscando y descubriendo bandas y solistas nuevos dentro de los muchos géneros que me interesan. La música nueva para mí puede ser tanto música actual como música vieja que yo no había escuchado antes, pero por citar a algunos artistas más o menos recientes que me gustan mucho: The Minus 5, Asteroid No. 4, I Am Kloot, Ray LaMontagne, Kings of Leon, 4 Bonjour’s Parties, Six Organs of Admittance, The Real Tuesday Weld, Tame Impala, Delaney Davidson, Pete Molinari, Greg Ashley, Big Lazy, Scenic…
- Esta medio que no puede dejar de estar… ¿Cinco antes de que se pudra todo?
• Leonard Cohen - Song Of Leonard Cohen
• The Clash - London Calling
• David Bowie - The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars
• Patti Smith - Horses
• Television - Marquee Moon
- ¿CD, vinilo o MP3?
La verdad, prefiero los MP3, porque podés acceder a toda la música de la galaxia, a discos descatalogados o perdidos, a todos los estilos musicales imaginables, en fin: a la música en toda su maravillosa e infinita variedad. Además, me gusta poder elegir varios discos seguidos, ponerlos en el reproductor y dejarlos sonar en repeat, a veces durante días enteros. Es cierto que la calidad del sonido puede no ser la ideal, pero tampoco es tan mala considerando que cuando era chico la única manera que uno tenía de acceder a los discos no editados en el país era a través de cassettes grabados de cassettes grabados de cassettes grabados, con un ruido a cinta descomunal.
- ¿Algun tesoro escondido por ahí?
Siempre me gustó descubrir música por mí solo, no sé si por algún tipo de orgullo absurdo o porque me molestaba después, al escuchar el disco, que se me apareciera la cara del que me lo recomendó robando cámara. Apenas alguien me decía “tendrías que oír tal banda”, evitaba hacerlo tanto como podía, y me la pasaba leyendo cientos de revistas de rock nuevas o viejas buscando información sobre grupos por conocer. En la última década, dediqué miles de horas a visitar blogs ignotos que recomiendan discos diciendo “este álbum es una gema perdida de 1968, de la que se hicieron sólo cincuenta copias, el cantante murió de apendicitis precoz y pasó al olvido, pero es mejor que los Beatles.” Recomiendo los siguientes, algunos aún andan boyando por Internet:
• The Strange - Nights of Forgotten Films (2004)
• Euphoria - A Gift from Euphoria (1969)
• Roger Rodier - Upon Velveatur (1972)
• Decorators - Rebel Song (1983)
• Eric Andersen - Blue River (1972)
• Ramases - Glass Top Coffin (1975)
• Ottoman Empire - Lester Square (1993)
• Trevor Swadling - Endless Surprise (1982)
- ¿Colaboraciones con otra gente?
Siendo solista, casi todos mis conciertos y grabaciones son colaboraciones con otra gente. En mis discos suele haber una veintena de músicos participantes. Una de las mayores bellezas de hacer música es que es una actividad que podés compartir con otra gente, y que es fácil y hermoso renovar o redecorar tu universo con el aporte del talento ajeno. También he colaborado como guitarrista o cantante o banjoísta o generador de ruiditos varios en muchos discos ajenos. Ultimamente viajo mucho a tocar solo con la guitarra y suelo invitar a músicos locales amigos a acompañarme en algunos temas; eso ayuda a que cada show sea único e irrepetible.
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