sábado, 29 de septiembre de 2012

Entrevista: Ñ (de El Violinista del Amor)



¿Te acordás cual fué el primer disco que te compraste?

Desde muy muy chico me alimenté de la discoteca de mis viejos, donde siempre hubo buen material (jazz y songwriters por el lado de mi viejo, Beatles y Stones por el de mi madre), pero el primer casette propio que tuve fue uno de Michael Jackson, a los cinco o seis años. Me acuerdo que había pedido Thriller y mi abuela cayó con Off the Wall y, después de llorar y patalear un rato, lo escuché, me encantó y me lo quedé. Después de eso empezó una época donde conocí mucha música por medio de un vecino de mi edad que tenía un hermano mayor que era DJ y nos grababa casettes con las cosas que -nos decía- estaban de moda en ese tiempo, y así conocí a Madness, New Order, Blondie, Ian Dury, Talking Heads; aparte de un montón de porquerías que también sonaban. Nos tenía prohibido tocar los vinilos, entonces cuando él no estaba nos quedábamos horas mirando las tapas y las dibujábamos en los casettes. Me acuerdo de tener en las manos Ghost in the Machine, de The Police y tratar de entender qué mierda decía.
Después cuando mis viejos compraron un equipo con CD, el primero que compré fue Appetite for Destruction de Guns 'n' Roses.

¿Cómo fue que siguió aumentando tu colección?


Cuando tendría doce años -Heavy Rock and Pop mediante- empecé a escuchar metal y punk, y cada veinte mangos que juntaba me iba a la galería Churba o al centro a buscar los discos de los que hablaban el Ruso Verea, la Madhouse o alguna que otra revista importada que conseguía. Ahí comenzó mi amor por Ramones, Black Sabbath, Pantera y Melvins, entre muchos otros. Por esa época también salió Bone Machine, de Tom Waits y se lo regalé a mi viejo para un cumpleaños. A partir de escuchar mil veces ese disco se me abrió un mundo nuevo.
Más tarde, a los diecinueve, entré a trabajar en Tower Records y ahí ya fue todo un quilombo. Vivía con mis padres y cada peso que ganaba lo destinaba a discos (de ahí mismo y de las disquerías de las galerías aledañas). Trabajar ahí fue como un anticipo de lo que hoy es internet: tenía acceso a escuchar cualquier cantidad de música nueva a diario solamente porque me llamaban la atención el nombre de una banda o la tapa de un disco.

¿Tuviste épocas de fanatismo o fijación con algún solista o banda en particular?


Cuando empecé a tener poder adquisitivo (que era básicamente mi magro sueldo repartido entre cuatro o cinco disquerías, y por correo a sellos de afuera) compraba dos o tres discos por semana (muchos CDs, y algunos vinilos). Fui llenando estantes con las discografías de Waits, Dylan, Cave, Billy Bragg, Ramones, Robyn Hitchcock, Black Flag, Fugazi… Cuando no podía gastar, tenía que ponerme los puntos me las arreglaba para entretenerme persiguiendo discografías no tan dolorosas económicamente, como las de Paco Ibañez o Sinatra, donde sabía que buscando bien encontraría todos los discos en viejas ediciones muy baratas. Otra obsesión que tuve fue conseguir completar la discografía en vinilo de Dead Kennedys, pero las ediciones originales de Alternative Tentacles, no las reediciones que sacó sin el permiso de Biafra el resto de la banda. Sentía que traicionaba la causa, o algo así. Sí, un tarado.

¿Que discos recomendarías de compañeros de escena o gente con la que has tocado?


Me gustan los últimos de Thes Siniestros; el de Acorazado Potemkin, que me hace extrañar menos a Reincidentes; el siempre saludable pop de Valle de Muñecas y las canciones de Julio & Agosto. También escucho muchísimo el gran disco del español Hans Laguna (http://hanslagunaylasintaxis.bandcamp.com), con el que compartí escenario cuando vino este año.

¿Escuchás música nueva o actual?


Cada vez salgo menos, pero siempre que veo una banda local que me gusta me compro el disco. A veces termino escuchándolo mucho, otras poco y nada, pero editar un disco cuesta un huevo y el mero hecho de que alguien lo haga me da ganas de apoyarlo. De afuera, con el rock me cuesta mucho. No me enamoro de una banda nueva desde hace muchos años, a pesar de ponerle ganas. También me pasa que estoy escuchando cada vez menos "rock".
Por ahí sí estoy más al día con algunas bandas de metal medio extremo (Agoraphobic Nosebleed, Pig Destroyer, Locust), rap, dub o ambient (Dead Prez, Demdike Stare, Blundetto).














¿CD, vinilo o MP3?


Todo en su lugar. El MP3 está siempre a tiro, es lo más portátil del mundo y si está bien bajado suena muy bien (en la mayoría de los parlantes o auriculares donde escucho música no te puedo distinguir un MP3 320kbps de un CD). El vinilo (¡sano!) suena precioso y, por el tamaño del arte, es lo más lindo como objeto. CDs tengo un montón y eventualmente sigo comprando, asique no me queda otra (?) que seguir escuchándolos. Confieso que, ante el desorden de mi discoteca, a veces prefiero bajar el MP3 o escuchar un bandcamp antes que pasar media hora hasta encontrar un CD que quiero escuchar.

¿Tenés ediciones "raras" o difíciles de conseguir?

En CD tengo algunos lindos box sets (Cheap Trick, Patti Smith, Roxy Music, Zombies, The Who, Guided by Voices). Y en vinilo algunas rarezas lindas son White Light, White Heat de Velvet Underground, edición española de los 80s con la tapa blanca con los soldaditos; el Bringin' It All Back Home de Dylan, la edición en la que el disco se llama Subterranean Homesick Blues, una primera edición inglesa de Nevermind the Bollocks; la edición alemana de Talking with the Taxman… de Billy Bragg, que se llama Billy Bragg y tiene como tapa una foto horrible; y sobre todo un regalo que me hizo mi compadre y eterno socio musical, Removedor: Mr. Clarinet, de Birthday Party, siete pulgadas, primera edición australiana.

¿Te animás a tirarnos algunos “tesoros enterrados de tu colección?

Algunos pueden ser Oar, de Alexander 'Skip' Spence, que si bien es bastante conocido debería serlo mucho más. Los discos de una de mis bandas favoritas, Tiger Lillies, que no muchos conocen y son demenciales. El primero de Modest Mouse, This Is a Long Drive for Someone with Nothing to Think About, que no sé si es el mejor pero es el que más me gusta. El soundtrack (editado en vinilo triple) del documental brasileño Dub/Echoes es buenísimo. También tengo un EP de una banda que se llamaba Enemymine (que al igual que Modest Mouse lo conocí por seguir cualquier cosa editada por K Records) que escuché millones de veces y es absolutamente genial. Creo que después sacaron un LP y se separaron, pero nunca conseguí nada más. Hasta yo me había olvidado que lo tenía, ¡gracias!

La más pesada y difícil: 5 discos completamente indispensables.

- Eyehategod - Take as Needed for Pain (1993)
- Tom Waits - Mule Variations (1999)
- Jets to Brazil - Orange Rhyming Dictionary (1998)
- Chet Baker - Chet Baker Sings (1956)
- Einstürzende Neubauten - Fünf auf der nach oben offenen Richterskala (1987)




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