domingo, 22 de abril de 2012

Giant Sand - Blurry Blue Mountain

Están los que creen que Howe Gelb es un genio absoluto y hay quienes piensan que es un tarado sin talento. Por un lado están los convencidos de que pasar por Giant Sand es una especie de academia musical pero tampoco van a faltar los que crean que -por ejemplo- los Caléxico en realidad nunca aprendieron nada. Opiniones. Todas válidas pero, mayormente, no es ni una cosa ni la otra. Los famosos grises, que le dicen. Lo que sí es cierto es que nadie va a decir que Gelb es un tipo que no hace exactamente lo que tiene ganas de hacer. El tipo vive aislado con su familia en el desierto y sólo hace excursiones urbanas efímeras para algún que otro concierto. Con Giant Sand viene grabando discos hace casi treinta años y se puede decir que ha hecho de todo. Algunos insisten en calificarlos como “country” pero poner dentro de esa bolsa a Giant Sand es de un reduccionismo que bordea el ridículo. Los tipos han hecho de todo, punk rock, paisley pop, rock duro y un listado de etiquetas que no vienen para nada al caso. En el medio hubo discos grandiosos, buenos, mediocres y también flojísimos, desganados, esos que los que nunca se juegan por nada gustan de llamar “discos de transición”.

Pero desde hace unos cuantos años ya parecen (hablar en plural con Giant Sand es más bien una formalidad) haber encontrado una senda a seguir que, con ligeros vaivenes, es las que les da un marco de trabajo amplio y a la vez acotado, en donde se mueven con total comodidad y en donde incluso se permiten llegar a ciertos límites de experimentación.

Este, del 2011, tiene unos leves toques jazzeros que le aportan variedad y color al asunto, batería con escobillas en muchas de las canciones, guitarras nerviosísimas, que parecen constantemente al borde de un estallido que nunca sucede, hay una atmósfera de tensión contenida que es más que evidente. "Monk's Mountain", uno de los grandes aciertos de Blurry Blue Mountain, es un homenaje claro a Thelonius Monk e incluso saluda a Goodbye Pork Pie Hat en la letra. Algo parecido pasa en "Spell Bound", con un solo de piano exquisito, de esos que Woody Allen pondría en sus películas anti-roqueras. Pero no teman, no se asusten, este es un disco de rock, de rock al estilo Giant Sand, un estilo propio, firme, idiosincrático, te puede gustar o no, pero no se puede negar que los tipos tienen claro a donde van a parar con sus discos. Vuelve la tensión en "Ride the Rail" que es un homenaje/parodia (con Giant Sand nunca se sabe) al Johnny Cash super drogado y flaco de la última mitad de los sesenta, grabando discos conceptuales que ni él tenía idea de que es lo que quería. Pero cuidado que también hay guitarras filosas en Blurry… y aparecen por primera vez de la mano de… un auto-cover! En este caso de "Thin Line Man", del segundo disco, en otra muestra de la siempre perversa elección a la hora de elegir canciones para versionar.

En muchos casos y ante una discografía tan extensa no suele ser aconsejable empezar por el último disco de estudio para meterse en el mundo de un grupo. Pero tranquilamente Giant Sand puede ser una excepción a la regla. ¿Por qué no?




 
Chequear también:
Giant Sand - Valley of Rain
Giant Sand - The Love Songs
Giant Sand - Provisions

3 comentarios:

  1. Y tiene el temazo Better man than me casi al final del disco.

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  2. que lindo disco pochito, lo escuche mil millones de veces

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  3. Tienen unos cuantos discos de este nivel. Que cagada que son basssstaannnnnte difíciles de conseguir.

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