miércoles, 28 de diciembre de 2011

Graveyard - Hisingen Blues

Dentro de la inmensa bolsa que reúne a los grupos de rock pesado, metal, heavy o como Mefisto prefiera llamarles, hay dos grandes grupos. Por un lado están los que se toman el asunto completamente en serio, que van mucho al gimnasio y juran fidelidad a un género y un estilo de vida que jamás (o casi nunca) les dio nada a cambio. Por otro, casi opuesto, están los que se cagan en todos esos postulados adolescentes, también escuchan otros estilos de música y por ende el resultado es mucho más rico e interesante.

Es muy fácil distinguir a qué lugar pertenece cada grupo; mientras que unos se esfuerzan muchísimo por aparecer en las tapas o en las revistas con cara de ojo-que-somos-tipos-muy-duros, los otros tratan de darle una vuelta de tuerca al asunto ya desde la imagen. Otro “truco” es dar un vistazo rápido a los títulos de las canciones. Si hay mucho "Belcebú vendrá para reinar" o "Descuartizado por un tren" lo mejor será desconfiar.

Por suerte los suecos de Graveyard se las arreglan para evitar hábilmente caer en esos lugares comunes y aún así sonar pesadísimos, convincentes y a escapar con gracia del guetto autoimpuesto de la música que hacen. También los ayuda mucho el hecho de que tienen puntos de referencia de esos que son casi sello de garantía; adoran a Black Sabbath y todo el hard-rock de los setenta. Eso es clarísimo a primera escucha, ya desde el primer tema, "Ain't Fit to Live Here", Joakim Nilsson suena en algún extraño lugar entre el Ozzy de los primeros años y el Hetfield de Ride the Lightning. Con "No Good, Mr. Holden", el segundo tema, ya muestran un buen despliegue de recursos y dejan claro que manejan los matices indispensables para sacar adelante un disco como es Hisingen Blues o sea que, si para esta altura no te convencieron, lo tuyo viene por otro lado. A otra cosa y no perdamos más tiempo.

Pero a los que nos agarraron nos espera un camino de lo más entretenido. El tema que dá título al álbum es de esos rápidos, bien roqueros, con cortes, gritos y hasta guitarras gemelas armonizando. Incluso hay unos efectos de sonido extraños que le hacen un guiño cómplice a la época dorada de Hawkwind, el de Space Ritual o Hall of the Mountain Grill. ¿Quieren variedad? Escuchen el clima bien siniestro y blusero que proponen en "Uncomfortably Numb" (si, si… The Wall), un temazo épico de más de seis minutos en donde van y vienen, suben y bajan y el olor a porro se siente a dos cuadras. "Longing" tiene un comienzo-homenaje al spaguetti western que es una delicia y en "The Siren", casi al final, se mandan uno de esos rocazos sureños bien al estilo Lynyrd Skynyrd, Bob Seeger, etc. Mientras que las bandas del primer grupo se preocupan por tener la mejor guitarrita del mercado y el mejor sonido que la tecnología permite, en Graveyard ni se calientan por arreglar los pifies, sacrificando técnica y prolijidad por espontaneidad y frescura.

Vaya uno a saber que les depara el futuro a estos suecos, pero que vienen bien encaminados está claro. Clarísimo.




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The Groundhogs - Who Will Save the World?
Metallica - Kill 'em All
Priestess - Prior to the Fire

martes, 20 de diciembre de 2011

Bobb Trimble - Iron Curtain Innocence

Todos los que compramos discos sabemos el interés que despierta un artista desconocido. Miramos la tapa, leemos los nombres de los temas, miramos otra vez la tapa con más detenimiento y por último está la pregunta al vendedor, que puede llegar a ser tan categórica y definitiva que nos vemos obligados a formularla casi en un susurro; es que no queremos que se nos derrumbe el preconcepto que ya tenemos en la mente. Si el vendedor (el disquero) otorga el visto bueno, nos vamos a casa, contentísimos, sabiendo que tenemos otro héroe de culto para recomendar a los amigos que realmente lo merecen. Pero hay algo que sucede muchas veces: el disco en realidad no estaba bueno, no pasaba demasiado, la historia, el argumento de venta era bárbaro (“este tocó con Dios y María Santísima y le vendió el alma al diablo, después”) pero la música no se destaca ni un poquito.

Garantizado: con Bobb Trimble no va pasar eso. No va a haber decepción. Vamos de a poco. Desde la tapa vemos a un tipo con la clásica expresión de alma torturada, de “acá hay algo que está muy mal”. Encima tiene la guitarra descansando sobre su rodilla y en su mano izquierda empuña un arma de guerra de esas que pueden llegar a hacer mucho daño y su figura se recorta sobre un fondo de nubarrones. Vamos bien. ¿La historia? Supuestamente Trimble reclutaba como músicos de acompañamiento a pibitos apenas salidos de la pubertad, hasta que los padres decidieron que andar con un tipo extraño no era lo más aconsejable. Puede creerse o no. Pero mejor vamos a lo mejor de todo que es -por supuesto- la música.

Este el primero de dos discos igualmente interesantes. Se puede decir que Trimble llegó diez años después, en medio de la new wave y el post punk, pero eso sería simplificar bastante las cosas. Su música tiene que ver con cierto folk inglés retorcido y psicodélico muy en boga a fines de los sesenta / principios de los setenta, con grupos como Comus, Synanthesia, Mellow Candle, etc. En realidad tiene en común cierta atmósfera fantasmagórica y pesadillesca y la voz casi femenina de Trimble que se destaca mucho de los demás instrumentos en la mezcla. Otro tema son las letras; sadismo, locura, la muerte y su víspera, los sacrificios y demás cuestiones no del todo amables. Se ve que Trimble no se andaba con vueltas a la hora de elegir sus temáticas. “Tan obsesionado con vos, no sé hasta que punto voy a seguir aguantando, soy casi humano, pero no sé cuánto va a durar” dice en un momento en "Your Little Pawn" en medio de una bruma de guitarras arpegiadas en tonos menores. De todas maneras Iron Curtain Innocence no es lo mismo que escuchar un disco de Slayer, ni siquiera uno de Alice Cooper, incluso tiene momentos muy reposados como "One Mile from Heaven", casi una balada beatlesca pero la voz de este muchacho nunca deja de transmitir cierta incomodidad, un dejo de desequilibrio.

A pesar de las comparaciones, que fueron hechas más que nada para dar una idea más bien vaga sobre la música de Bobb Trimble, se trata de algo distinto, difícil de describir pero fácil de digerir. Quedensé tranquilos, este lo compran, lo llevan, lo escuchan y pueden agregar cómodamente otra figura a sus panteones personales.





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Fresh Maggots - Fresh Maggots... Hatched
Bobb Trimble - Harvest of Dreams
Neutral Milk Hotel - In the Aeroplane Over the Sea

jueves, 15 de diciembre de 2011

5 Canciones 5: Tim Buckley, The Only Ones, Julian Cope, Redd Kross y Tinted Windows

Phantasmagoria in Two
Tim Buckley
En misticismo, extravagancia y originalidad nadie supera al gran Tim Buckley. Para la época de Goodbye and Hello, su segundo disco, andaba apenas por los veinte años (¡tenía diecinueve en el primero!) y ya tenía la personalidad completamente formada. En "Phantasmagoria in Two" desnuda su corazón con una franqueza y un vuelo poético inédito hasta entonces y demuestra además que es un cantante con unas cualidades técnicas y expresivas extraordinarias.
Aparece originalmente en: Goodbye and Hello (1967)

Why Don't You Kill Yourself
The Only Ones
En el rock hay una lista tan larga de canciones para mandar a la mierda a alguien que casi se podría considerar un género en sí mismo. Inaugurado por Dylan con esos temas como "Like a Rolling Stone" o "Positively 4th Street", ha sido cultivado con esmero por muchos. Los Only Ones, en esta joya del tercer -y último- disco de estudio, le dan una vuelta de tuerca al asunto: "... por que no te matás / no le servis para nada a nadie". Categórico.
Aparece originalmente en: Baby's Got a Gun (1980)

Safesurfer
Julian Cope
Si esta no es la versión definitiva de "Safesurfer", original de Peggy Suicide... pega en el palo. En vivo en la BBC, está más suelta, más "libre" que en su equivalente de estudio. La guitarra líder (probablemente a cargo de Donald Ross Skinner) es un ejemplo de economía de recursos, del instrumento utilizado al servicio de un todo, en este caso de este trip mental de casi diez minutos. Impresionante.
Aparece originalmente en: Floored Genius, Vol. 2 [The Best of Julian Cope and the Teardrop Explodes, 1979 - 1991] (1992)

Girl God
Redd Kross
"A los profetas de esta generación siempre les faltó imaginación" dice la coda de esta joya de Show World, ese discazo de los hermanitos McDonald y de paso demuestran que podían bajar los decibeles (y la velocidad) y salir completamente ilesos de la experiencia. Podés usar los mismos acordes, la misma base y todo lo que quieras pero cuando está cantando de esta manera, con semejante convencimiento... es imposible fallar.
Aparece originalmente en: Show World (1997)

Can't Get a Read On You
Tinted Windows
En este supergrupo están Bun E. Carlos de Cheap Trick, James Iha de los Pumpkins, Taylor Hanson de -adivinaron- Hanson (los chicos crecen) y Adam Schelesinger de los grandiosos Fountains of Wayne. Sería algo así como un seleccionado infalible de power pop. Cualquiera que conozca a los Fountains va a detectar quien es el que escribe la mayoría de las canciones. Para los que insisten con eso de que el rock está muerto.
Aparece originalmente en: Tinted Windows (2009)




sábado, 10 de diciembre de 2011

Shiva Burlesque - Mercury Blues

Hay gente que vive a contramano. Es fácil imaginarse a los Shiva Burlesque con las persianas bajas en plena soleada California, sacando los temas de Echo & the Bunnymen y The Cure, cuando sus compañeros de secundaria andaban con el pelito rapado, correteando a la porrista rubiecita, hermosa y bien taradita. Por supuesto, unos años después, esos chicos estarían firmando cheques de varias cifras, cuando los que “no eran populares” todavía no sabían bien lo que era una tarjeta de crédito. Unos hasta las narices en el aburguesamiento obligatorio y los otros haciendo historia, sacando discos, inmortalizándose.

Es que los Shiva Burlesque son una anomalía, no son post punk porque les gustan mucho los Byrds y la psicodelia en general y no son una banda “de raíces” porque vuelan demasiado alto y no le tiene miedo a la oscuridad, a los rincones inhóspitos. Son de Los Angeles, de fines de los ochenta y es imposible imaginarlos en el Sunset Strip, con la moto enorme, cerveza en mano, con la campera de cuero con la estampa de Mötley Crüe. Totalmente marcianos.

El corazón de la banda eran Jeffrey Clark y Gran Lee Phillips, que se repartían los roles de cantante y compositor, además de intercambiar instrumentos para las grabaciones, hicieron dos discos excelentes; el primero, Shiva Burlesque y este, Mercury Blues, de 1990, antes de separarse en buenos términos.
En el disco hay de todo y para todos, desde el folk hipnótico de "Cherry Orchard" hasta el rock flotador y darkie de "Who Is the Mona Lisa?". En el medio se pueden ubicar joyitas casi grunge como "Chester the Cheap" que es el "Lucifer Sam" barrettiano para la generación X, con unos arreglos de cuarteto de cuerdas para sacarse el sombrero. Por supuesto que el tema que da título al disco es un verdadero hallazgo, un medio tempo perezoso y amenazante, cantado por Clark y plagado de referencias culturales, desde Hank Williams hasta el asesino Stagger Lee. ¿Podría ser el "Desolation Row" de los noventa? Sin dudas. También hay lugar para la belleza incuestionable, ese tipo de composiciones que conquistan porque logran lo que pretenden, que son ambiciosas y tienen un buen puñado de ideas bien distribuidas, es "Do the Pony" que incluye cita a un standard de la música popular moderna, nada menos que a "Land of the 1.000 Dances", que algunos recordarán por la versión inmortal de Patti Smith y otros por el gran Roy Orbison. Está "Sparrow Song" que es una balada de esas que tan bien les salían (después, vale decirlo) a Soundgarden o incluso a Kurt Cobain, utilizando una progresión de acordes bien clásica, de esas que no fallan nunca, con un cello puesto en el lugar preciso.
Es muy destacable el hecho de que Shiva Burlesque no se parecía a nada de lo que andaba dando vueltas en aquel entonces, un grupo de guitarras con muy buenas canciones, cuando lo que estaba de moda eran los peinados batidos y la celebración del sueño americano de la manera más burda.

En unos años después este grupo hubiera encajado perfectamente, pero todos sabemos lo que suele pasar con los adelantados. Clark se fue para seguir como solista y Phillips formaría Grant Lee Buffallo, otro grupo memorable, de esos difíciles de encasillar, con unos discos muy buenos como Jubilee o Copperopolis. Otra historia que, lógicamente, dejamos para más adelante.





Chequear también:

Love - Da Capo
The Dream Syndicate - Ghosts Stories
Grant Lee Phillips - Mobilize

domingo, 4 de diciembre de 2011

Entrevista: Dom Mariani

Dom Mariani sería algo así como "La Bestia Power-Pop australiana", desde fines de los 70 viene grabando discos y ha hecho un buen puñado de clásicos indispensables del género como At First Sight con los Stems o 1 Times, 2 Times, 3 Red Light con DM3, también tiene discos como solista y hasta un proyecto paralelo en el que hace música surf. Hablamos con él hace unos días. Recientemente reformó a los Stems, grabó un disco solista acústico con canciones de toda su carrera y produjo a los italianos Sick Rose.

¿Te acordás cual fue el primer disco que compraste?
El primer disco que me compré fue Creedence Gold, una colección de éxitos que hicieron acá en Australia de Creedence Clearwater Revival.

¿Cómo fue que siguió creciendo tu colección?
La verdad es que tengo un gusto bastante abierto y mi colección ha ido creciendo mucho con los años. Medio que tengo de todo, muchas cosas diferentes, desde jazz a hard rock.

¿Alguna vez tuviste una fijación obsesiva con alguna banda o solista?

¡Puf! ¡Muchas! The Beatles, Creedence Clearwater Revival, The Jimi Hendrix Experience, Willie Deville, The Raspberries, Big Star, Neil Young, The Byrds, Doug Sahm, The Electric Prunes, The Who, The Kinks y los Rolling Stones, todos esos están en lo alto de mi lista y con todos he pasado etapas de obsesión casi enfermiza.

¿Qué discos recomendarías de “compañeros de escena”?
Revolver, Let it Be, Sticky Fingers, Bayou Country de Creedence, Harvest de Neil Young, Are You Experienced, de los Electric Prunes amo Underground, el Greatest Hits de los Monkees, Otis Blue, Layla, Notorious Byrd Brothers y Fifth Dimension de los Byrds, Radio City y #1 Record, los dos primeros de Big Star... No sé ¡Son miles! No serán compañeros de escena pero son todos discos esenciales, imprescindibles.

¿Escuchás música nueva?
Bueno… más o menos, no mucho en realidad. Pero me gusta Queens of the Stone Age, cualquier cosa en la que esté involucrado Jack White, Rooney, The Greenhornes… hay varios, hay que buscar mucho, eso seguro.

¿CD, vinilo o MP3?
¡Vinilo! Ni lo pienso.

Esta no puede faltar: ¿Qué cinco discos te llevarías a una isla desierta?
¡Qué difícil! Cinco es muy poco pero… ahi vamos: Revolver, Are You Experienced de Hendrix, Harvest de Neil Young, Sticky Fingers de los Stones y Bayou Country de Creedence. ¡Bien clásico lo mío!







jueves, 1 de diciembre de 2011

Syd Barrett - The Madcap Laughs

Todos sabemos quién es Syd Barrett pero un breve panoramana nunca viene mal. Fue el líder de Pink Floyd en los primeros años, el que compuso todos aquellos inolvidables primeros simples como "Arnold Layne" y "See Emily Play" y fue el principal artífice de The Piper at the Gates of Dawn, uno de esos discos irrepetibles que todavía hoy suena con la autoridad de los pioneros. Para la altura de A Saucerful of Secrets, el segundo opus, ya estaba Gilmour en la banda y Barrett era poco más que un pálido reflejo de lo que había sido un año antes, su único tema, "Jugband Blues", contó con el aporte de una sección de vientos de músicos callejeros con la única directiva de tocar “lo que se les venga en gana”. Lo tuvieron que echar del grupo, sus aportes eran cada vez menos e incluso se quedaba parado en medio del escenario sin emitir sonido alguno. Es que a Syd le gustaba mucho el LSD.

Hay algunas anécdotas en torno al "mito Barrett" que son muy pintorescas pero también hay otras tantas, menos conocidas, que son muy tristes. Según dicen, durante la grabación de Barrett, su segundo disco solista, lo tenían que acompañar hasta para ir al baño e incluso ayudarlo en la tarea.

The Madcapt Laughs
es el sonido de un hombre viniéndose abajo, desintegrándose mentalmente como una supernova, parafraseando a Neil Young; “prendiéndose fuego en lugar de desvanecerse” a diferencia de nosotros, la mayoría de los mortales.
También es un acto de amor, de valentía. Claro, sí, a pesar de que en aquel entonces no se sabía que si te tomabas cuatro o cinco ácidos en un día podías sufrir graves consecuencias, lo más probable es que Barrett hubiera elegido ese camino de todas maneras. Hubiera dejado el cuerpo por su música. Igual eso nunca lo sabremos ni viene al caso.
Es por eso que su música es completamente distinta, única y es así como compararlo con sus contemporáneos (e incluso con sus seguidores) y medirlo o analizarlo en términos convencionales no tiene demasiado sentido. Para la grabación recibió la ayuda de varios amigos y allegados, sobre todo de David Gilmour, paradójicamente, quien fuera contratado para reemplazarlo en su propio grupo, y de varios miembros de Soft Machine, sobre todo Robert Wyatt. Fueron ellos quienes permitieron que los dos discos solistas pudieran ver la luz. Barrett llevaba sólo ideas que distaban mucho de ser composiciones redondas y tenía alteradísimas las nociones de tempo, métrica y afinación. Paraba en medio de un tema, se equivocaba y en la siguiente toma cambiaba bruscamente los arreglos. Por eso genera tanto fanatismo, por eso los más acérrimos se desviven buscando tomas alternativas y quieren tener hasta las grabaciones más desprolijas y descuidadas, porque es casi un milagro que esta música exista, que haya salido a la venta. Como ejemplo sirve el principio de "If It's In You" en donde Syd pega un alarido completamente desafinado y pide hacer otra toma en donde la cosa no parece mejorar mucho. A su favor hay que decir que lo que está intentando no es para nada sencillo y que no se parece a nada, es simple; a pesar de sus capacidades netamente disminuidas, seguía teniendo la mira fija en lo más alto, seguía buscando, tratando de hacer mucho con poco. En definitiva… lo que separa lo cotidiano de lo sublime. ¿En que disco va a haber algo parecido a "No Man's Land"? ¿Dónde van a encontrar otro auto-retrato esquizofrénico como "Dark Globe" o una belleza como "Golden Hair"?

En unos pocos años se convertiría en un recluso y las peregrinaciones a su casa eran cosa frecuente, con todos los vecinos haciendo lo posible por protegerlo, negando información mientras el héroe psicódelico pintaba cuadros con su madre como única compañía, viviendo de las regalías. Como dice en "Here I Go"; “así es mi mundo, si lo hago, lo hago con estilo”.





Chequear también:

Pink Floyd - Relics
Robyn Hitchcock - I Often Dream of Trains
The Bevis Frond - What Did for the Dinosaurs
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