Cualquiera
que haya estado leyendo estas páginas sabrá que Julian H. Cope, el anticuario
moderno, es poco menos que un Dios pagano en nuestra imaginaria religión politeísta,
por eso no vamos a extendernos demasiado con datos biográficos o intentar ubicar
al Archi-Druida en ninguna línea de tiempo ni nada que se le parezca.
Sí vamos a hablar de uno de sus grandes discos, en una carrera llena de obras cumbres, 20 Mothers, del ’95, se destaca particularmente.
¿Quién hubiese pensado que a Cope le importaba la familia? Pero ese parece ser el concepto unificador destrás de las canciones, incluso en el librito que acompaña la edición en CD y vinilo, le da rienda suelta a sus ideas, citando frases de gente tan diferente como Yoko Ono, Wayne Kramer o Carl Jung. Aproximadamente en la época de Jehovahkill, empezó a llenar las notas internas de los discos con reflexiones, citas y explicaciones tan delirantes como entretenidas, haciendo que tener los discos en formato físico sea casi indispensable.
Sí vamos a hablar de uno de sus grandes discos, en una carrera llena de obras cumbres, 20 Mothers, del ’95, se destaca particularmente.
¿Quién hubiese pensado que a Cope le importaba la familia? Pero ese parece ser el concepto unificador destrás de las canciones, incluso en el librito que acompaña la edición en CD y vinilo, le da rienda suelta a sus ideas, citando frases de gente tan diferente como Yoko Ono, Wayne Kramer o Carl Jung. Aproximadamente en la época de Jehovahkill, empezó a llenar las notas internas de los discos con reflexiones, citas y explicaciones tan delirantes como entretenidas, haciendo que tener los discos en formato físico sea casi indispensable.
Lo primero que llama la atención en 20 Mothers es la producción, ya en “Wheelbarrow Man”, una canción dedicada a su hermano, se escuchan ruiditos y detalles que son una verdadera delicia auditiva y eso es una constante a lo largo del disco, un disco en el que no faltan los experimentos y las excentricidades. Hay gemas inmediatas como “Try, Try, Try”, quizás el último hit de Mr. Cope, con ese video memorable en el que aparecía portando orgullosamente su remera de Neu! (recordamos: esto era a mediados de los noventa). Hay experimentos pop simpáticos como “I Wandered Lonely as a Cloud” o “Stone Circles ‘n’ You”, que salen adelante casi exclusivamente por el hecho de que las canta él y no otro.
No faltan los himnos, esos que tan bien le salían y a los parece resistirse últimamente, uno es “Queen/Mother” con un base bien pensada -y pesada- o “Highway to the Sun”, un temazo por donde se lo mire. Como 20 Mothers es un disco doble, monolítico, hay lugar para todo y todo convive en paz, incluso el folk pagano de “1995”, según su propia definición, viene casi pegado a una canción de cuna con guitarra y voz. También hay un euro-pop tan ridículo como efectivo (“como el osito Pooh voy a trepar hasta tu miel”), si Cope iba a competir con Pet Shop Boys lo iba a hacer mejor, parece querer decir.
No vale la pena comentar todas las canciones de un disco doble, sería realmente aburrido pero vale decir que varios temas enormes no fueron siquiera mencionados, 20 Mothers es así, un disco aventurero, que se atreve prácticamente a todo y que casi siempre sale bien parado. Como Julian Cope, digamos.
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I can't get over you but i try try try try!
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