domingo, 31 de julio de 2011

R.E.M. - Document

¿Qué se puede decir de R.E.M. que no se haya dicho hasta ahora? Bastante en realidad.
Es que hoy en día parece casi increíble pero ellos pasaron por el típico escalafón de toda banda que alcanza niveles de trascendencia (y fama) con la salvedad de que el camino que recorrieron fue más largo y angustiante.
Empezaron en un pueblo chico, en Athens, en el estado de Georgia e hicieron todo lo que hay que hacer para llegar a donde están. Giraron incansablemente en la típica camioneta maloliente, tocaron para audiencias hostiles, hicieron una música idiosincrática y a contramano y -lo más importante- fueron sacando discos excelentes alcanzando mayores audiencias a medida que avanzaban. Ya con Murmur, el primer disco de estudio, ya eran el grupo que había que escuchar, pero para aquel entonces no salían del circuito de la gente que siempre está en la búsqueda, los que están siempre con los oídos en estado de alerta. Los ayudó mucho el incipiente circuito de universidades y ni hablar de las radios chicas que empezaban a florecer por todos lados en el ultra conservador Estados Unidos de la era Reagan.


Document es el testimonio perfecto del momento en que estaban a punto de dar el gran salto hacia la masividad. Ya tenían una audiencia fiel y los medios especializados se deshacían en elogios ante cada trabajo. Incluso para el tercer LP, el fundamental Fables of the Reconstruction, habían grabado en Londres y los había producido el legendario Joe Boyd (Nick Drake, Fairport Convention, etc.).
Para este quinto disco, seguían “afilando el lápiz”, buscando un sonido compacto, grande, en donde la guitarra de Peter Buck pasaba al frente incluso más que antes. Buck, algo así como el Keith Richards del post-punk, era un ex empleado de disquería que conocía muy bien lo que le gustaba, sabía como quería sonar y contaba con un lugarteniente con un carisma insuperable en Michael Stipe, el pibe sensible y retraído que ya se perfilaba para ser una superestrella sin caer en los lugares comunes que suelen resultar tan molestos.
Y por supuesto, tenían canciones. Canciones de las buenas, de esas que no se oxidan. En Document debutaban dos futuros emblemas: "It's the End of the World as We Know It (and I Feel Fine)" que vendría acompañada de un simpatico video y nada menos que la excelente "The One I Love", que todavía es un caballito de batalla de los conciertos de la banda.
Las canciones de Document tenían esta vez una decidida orientación política, tomando partido por causas justas y bajando línea de una manera más directa a como venían haciéndolo. Ahí están "Finest Worksong" o "Exhuming McCarhty" como ejemplos de este nuevo cariz lírico.
También está la versión de "Strange" de Wire, a modo de gesto de pertenencia o el folk-rock byrdesco de "King of Birds" (valga la redundancia).

Es difícil medir la influencia de R.E.M. en el rock contemporáneo pero es claro que no es poca la importancia que han tenido, sobre todo si tenemos en cuenta que para mediados de los ochenta las radios mainstream estaban saturadas por un pop descafeinado horrendo e insípido y escuchar una guitarra era toda una proeza. Lo que viene despúes de Document es un poco historia conocida: Green y más éxito, Out of Time… más todavía y la explosión mundial de la mano de Automatic for the People.
Eso lo dejamos para la próxima.



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