domingo, 27 de enero de 2013

Tame Impala - Lonerism

Los que tenemos algunos años ya sabemos que es lo que pasa generalmente cuando una banda nueva empieza a aparecer por todos lados, cuando les empiezan a palmear la espalda masivamente. En los último diez o quince años vimos desaparecer sin dejar rastros a unos cuantos. No necesariamente por falta de calidad o méritos musicales, pero cuando cierta prensa empieza a inflar a la Última Gran Cosa Nueva, sabemos que en muchos casos no conviene entusiasmarse mucho y hasta a veces ni siquiera hace falta invertir los treinta o cincuenta minutos que lleva escuchar un disco.

No es el caso de Tame Impala, por suerte. Han hecho un segundo disco incluso mejor que el primero, que Innerspeaker, del 2010. Esta es música moderna en el mejor sentido. Puede gustarte o no, eso seguro, pero es difícil negar que acá estamos frente a algo actual, fresco, novedoso. Hay influencias, hay puntos de partida, pero no son guiños evidentes, es bastante arduo establecer puntos de comparación con otras bandas así que ni siquiera vale la pena ponerse a citar los típicos “se parece un poco a esto o a lo otro” porque también es probable que pifiemos y que estos australianos veinteañeros ni siquiera hayan escuchado a ese supuesta referencia ineludible.

Las canciones de Lonerism son pegadizas pero no en el sentido tradicional de la palabra, los ganchos y lugares que ofrece para “agarrarse” no son los habituales, te podés quedar pegado a una interminable reverberación de los teclados (de eso hay mucho) o a una voz fantasmagórica que aparece y desaparece en la mezcla, pero no te vas a quedar tarareando un estribillo infinitamente. ¿Eso es bueno o malo? Y… no lo vamos a decidir nosotros, pero es raro, es nuevo, incomoda un poco y eso lo hace interesante. Por ese mismo motivo es complicado hablar de las canciones individualmente; Lonerism fluye y transcurre como un disco, como una totalidad. ¿Hasta que punto eso es calculado o intencional? Tampoco es fácil decidirlo, suena espontáneo y sincero y eso es lo que -al fin y al cabo- importa.

Ahora tienen en frente un verdadero desafío; el tercer disco de estudio. Generalmente es el que confirma todo lo auspicioso de los primeros trabajos pero también suele ser el que entierra definitivamente a un grupo o solista. Ahí es cuando ya se puede decir si fue suerte, azar o talento. Esperemos que sigan con paso firme, Lonerism es un muy buen indicio.




Chequear también:

The Church - Magician Among the Spirits
Tame Impala - Innerspeaker
Grizzly Bear - Shields


domingo, 20 de enero de 2013

The Pretty Things - S.F. Sorrow

La fama precede a S.F. Sorrow, es un disco mítico, histórico y tiene con qué defenderse. Por empezar los Pretty Things son una institución, siempre un poco por detrás de los Beatles, Stones, Kinks, hoy en día tienen un verdadero grupo de fanáticos que los reivindican antes que a nadie. Primero fueron la mejor y más salvaje banda de garage de toda Inglaterra, sonando incluso más sucios y desalineados que la banda de Jagger / Richards, un poco menos prolíficos que sus congéneres en cuanto a producción discográfica se refiere, en pleno auge de la música pop hicieron un disco que ellos mismos despreciaron -por la producción a la que fue “sometido”- pero que hoy también ha sido reivindicado; Emotions.

Para la época de S.F. Sorrow estaban hasta el cuello de psicodelia, en todo sentido, estilo de vida, consumo de sustancias, vida en comunidad… y la música, por supuesto. No es el primer disco conceptual, ese mérito correspondería quizás a Freak Out! de Zappa o incluso alguien podría decir que el cetro lo merece In the Wee Small Hours de Sinatra. ¿Por qué no? Sí se puede decir que este fue el primer LP en tener una especie de guion, sin ser dramaturgos ni mucho menos, se las arreglaron para hacer que la vida de Sebastian F. Sorrow tuviese coherencia, unas cuentas observaciones sociales agudas y un montón de música fantástica, que es lo que a nosotros más nos importa. Si no fuese porque la música en este álbum es inspiradísima probablemente nadie se acordaría del hito craneado por los Pretty Things.

“Well of Destiny”… ¿querés llegar sin necesidad de viajar como decía Harrison? Ahí tenés un freak-out instrumental a la altura del Pink Floyd de Barrett o de cualquier cosa del primer -y único- disco de Tomorrow. ¿Te gusta la parte aniñada de la psicodelia inglesa? Esa que tan bien dominaban los Kaleidscope, Nirvana UK o los mismísimos Beatles, está presente también en “Trust” o “She Says Good Morning” con una marcada tendencia acústica, la guitarra otrora blusera de Dick Taylor rara vez descarga electricidad pero cuando lo hace hay que atarse fuerte los cinturones. No falta el casi indispensable himno masturbatorio, de la mano de “Bracelets of Fingers” o la parte anti-bélica en donde nuestro protagonista va a la guerra, en “Private Sorrow”, con unos redobles marciales del legendario Lou “Twink” Adler, mucho más que un baterista. Phil May también tiene tiempo de lucirse y demostrar su versatilidad y cuando queda totalmente expuesto es cuando más brilla, sobre todo en el último tema, “The Loneliest Person”.


Después de S.F. Sorrow abandonarían (relativamente) la pátina lisérgica que tiñe todo el disco por un estilo más “bajado a tierra”, para el genial Parachute. Pero acá le abrieron la puerta a Ray Davies para Arthur y ni hablar a Townshend con Tommy, que convertiría a The Who en super-estrellas mundiales casi de la noche a la mañana. Pero como suele suceder… alguien tenía que pavimentar el camino.






Chequear también:

The Pretty Things - Get the Picture?
The Electric Banana - Even More Electric Banana
The Pretty Things - Philippe de Barge [semi oficial]

viernes, 11 de enero de 2013

5 Canciones 5: Os Mutantes, Flamin' Groovies, Thee Hypnotics, Sebadoh y Jonny

El Justiciero
Os Mutantes
Los Mutantes nunca fueron un grupo fácil de clasificar pero en el cuarto opus de los brasileros directamente estamos frente a una esquizofrenia lisérgica. En el mejor sentido. En "El Justiciero" se mandan una mejicaneada medio en joda medio en serio. Con guiños al bolero y a varias canciones tradicionales, hay bronces mariachis, guitarrones y una letra en español mal pronunciado. ¿El resultado? Un perla tan extraña como interesante. 
Aparece originalmente en: Jardim Electrico (1971)
Don't Put Me On
The Flamin' Groovies
¿Cuantas canciones de ruptura amorosa se habrán escrito? ¿Pero cuantas reflejan el dolor y la pena de alma tan bien como esta de los geniales Flamin' Groovies? Y encima en clave guitarrera y bien powerpop. No puede fallar y no falla. Una de las grandes bandas infravaloradas de la historia de la música popular del siglo veinte, de a poco comienza a tener el respeto y la admiración que realmente merecen.
Aparece originalmente en: The Flamin' Groovies Now! (1979)
(Let It) Come Down Heavy
Thee Hypnotics
Hijos directos de los Stooges y liderados por James Jones (actualmente en los super hypeados Jim Jones Revue) Thee Hypnotics te pegan un tremendo sacudón electrico en la canción que da título a este segundo LP de estudio. Un cantante que se retuerce y aulla al mejor estilo Iggy, violas completamente distorsionadas, a mitad de camino entre Black Sabbath y MC5, esto es rock grasiento y sucio de la mejor calaña.
Aparece originalmente en: Come Down Heavy (1990)
Happily Divided
Sebadoh
Si J Mascis se quedó con la agresión y la mala onda, Lou Barlow se fué de Dinosaur Jr. con un inmenso puñado de canciones. "Happily Divided" es un dardo envenenado en formato folk de fogón, la batería bien al frente y una distorsión atrás que parece que va a explotar en tu cara en cualquier momento. Temazo.
Aparece originalmente en: Bubble & Scrape (1993)
Waiting Round for You
Jonny
A la primer escucha uno puede llegar a pensar "no, no otra vez los Beatles" pero una escucha atenta revela algunas capas ocultas en esta canción de pop perfecto. Suerte de super grupo moderno con Norman Blake de Teenage Fanclub y Euros Child de los galeses Gorky's Zygotic Mynci, estos tienen canciones para rato. Esperemos que duren.
Aparece originalmente en: Jonny (2011)

domingo, 6 de enero de 2013

Pere Ubu - The Modern Dance

El primero de Pere Ubu todavía sigue siendo como meter los dedos en el enchufe, todavía sigue asustando “normales” y, en el volumen adecuado, todavía puede hacer que tus vecinos tengan miedo de ser asesinados. Es uno de esos discos que, a más de treinta años de su aparición en el mercado, a la primera vez lo podés detestar con énfasis, a la segunda te vas dando cuenta de que estás frente a algo diferente y en la tercera ya le vas encontrando sentido y sabés que se va a quedar con vos por el resto de tu vida. De ahí en más siempre le vas a encontrar algo, un detalle, un truco, un chiste, lo que sea, pero nunca, jamás te va ser indiferente, nunca lo vas a dejar “que suene de fondo”.

Para describirlo se puede intentar imaginar un encuentro entre el Beefheart de la primer etapa y los Ramones, surrealismo más dadaísmo, alienación urbana, desesperanza post punk y un cantante completamente fuera de sí en David Thomas, un vocalista marciano, difícil de clasificar pero extremadamente expresivo y dueño de un estilo propio. La banda desciende de otra banda de culto de la zona de Cleveland, los Rocket from the Tombs, en una escena llena de freaks y bandas lunáticas, en donde todos conocían a Velvet Underground y cualquier bandita podía llegar a versionar una rareza como “Foggy Notion”.


Empieza con el que quizás sea el tema más pop de Pere Ubu, el fantástico “Non-Alignment Pact”, a medio camino entre el rockabilly y el post punk, increíblemente la letra, a pesar del título, responde a una canción de amor, pero está lejos de ser la típica canción de amor, por supuesto. Sigue el tema que da título y este tiene olor a declaración de principios. Lo es. La letra merece un escrutinio atento.
¿Y qué me dicen del pseudo-reggae de “Laughing”? Parte del reggae en realidad, pero va a parar a territorios sumamente áridos, inexplorados, es una banda corriendo las fronteras de lo conocido en forma temeraria, cayéndose de boca al piso por momentos, pero siempre con un norte muy diáfano que no deja de sorprender en músicos relativamente jóvenes que exhiben un control de sus instrumentos poco habitual para el… ¿género?
El temazo indiscutido es “Street Waves”, con Thomas aullando descontrolado algo bastante parecido a un estribillo y volviendo a Velvet Underground escuchen el principio de “Chinese Radiation” otro indudable punto alto, hasta Thomas suena un poco a John Cale como vocalista. Hasta los momentos más experimentales y border funcionan en The Modern Dance, como el ultra beefheartiano “Life Stinks” o ese tema en donde, básicamente, se dedican a romper botellas (“Sentimental Journey”) con un fondo musical bien avant-garde.


En un estado de tensión casi constante, la primer formación de Pere Ubu se separó a poco de haber parido esta obra maestra, después del también fundamental Song of the Bailing Man. Todo para volver a intentarlo unos años más tarde, con diferentes niveles de acierto. Pero el viento rebelde y revolucionario de The Modern Dance ya no volvería a soplar.




Chequear también:

Pere Ubu - 30 Seconds Over Tokyo / Heart of Darkness [single]
Pere Ubu - Dub Housing
Pere Ubu - Terminal Tower [simples y caras "B"]

martes, 1 de enero de 2013

Entrevista: Pablo Krantz


- ¿Te acordás cual fue el primer disco que te compraste?

Más allá de los infaltables vinilos de Pipo Pescador y de María Elena Walsh y de un “You Can’t Stop The Music” de Village People que compré después de la primera fiesta bailable de mi vida (donde un rubio mayor que nosotros nos había hecho bailar torpemente imitando los pasitos de la película, que ninguno de nosotros había visto).
Más allá de todo esto, el primer disco que compré fue un 20 Éxitos de Oro de los Beatles editado por ATC que adquirí en la galería Harrod’s a los 9 años. Ahí fue que todo comenzó.

- ¿Cómo aumentó tu colección? ¿Qué seguiste comprando después?
Mis padres tenían algunos vinilos más de los Beatles, ediciones norteamericanas que se habían traído de recuerdo de los años que habíamos vivido en Los Angeles a comienzos de los 70. No me dejaban ni siquiera acercarme a ellos por temor a que los rayara o los llenase de mermelada, así que en un negocio de usados cerca de mi casa me compré dos discos más de los muchachos de Liverpool: Por favor yo (bizarra traducción local de Please Please Me) y Con los Beatles, que todavía conservo. Después caí en la absurda rivalidad de la época entre Queen y Kiss, aunque sin decidirme por ninguno de los dos, hasta que de casualidad en otro lugar de usados, pero de la estación Retiro, encontré de oferta un cassette de los Kinks, que se volvieron mi banda favorita.

- ¿Tuviste obsesiones o fijaciones con algún solista o banda?
¡Con miles de bandas y solistas! Hubo muchísimos discos que me dejaron anonadado y que cambiaron mi percepción del universo aunque sea por un rato, sobre todo en los años de adolescencia en los que uno está más permeable y puede mutar de un día para otro sin hacerse demasiadas preguntas. Por nombrar a algunos: The Clash, Joy Division, Violent Femmes, The Pogues, Leonard Cohen, Sonic Youth, David Bowie, Patti Smith, Television, Richard Hell

- ¿Hay discos de compañeros de escena o gente con la que tocás en vivo que te gustaría recomendar?
¡Por supuesto! Recomiendo enfáticamente los discos de Valle de Muñecas, Juan Ravioli, Siempre!, Acorazado Potemkin, Javier Maldonado, Flavio Casanova Rockaband y los platenses Adrián Juárez y Bipolar. De Uruguay, son buenísimos los discos de mis amigos Franny Glass y The Blueberries (estos últimos acaban de editar su segundo álbum, The West, hace escasos días).

- ¿Escuchás música nueva?
Sí, claro, me paso todo el tiempo buscando y descubriendo bandas y solistas nuevos dentro de los muchos géneros que me interesan. La música nueva para mí puede ser tanto música actual como música vieja que yo no había escuchado antes, pero por citar a algunos artistas más o menos recientes que me gustan mucho: The Minus 5, Asteroid No. 4, I Am Kloot, Ray LaMontagne, Kings of Leon, 4 Bonjour’s Parties, Six Organs of Admittance, The Real Tuesday Weld, Tame Impala, Delaney Davidson, Pete Molinari, Greg Ashley, Big Lazy, Scenic

- Esta medio que no puede dejar de estar… ¿Cinco antes de que se pudra todo?
Leonard Cohen - Song Of Leonard Cohen
The Clash - London Calling
David Bowie - The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars
Patti Smith - Horses
Television - Marquee Moon

- ¿CD, vinilo o MP3?
La verdad, prefiero los MP3, porque podés acceder a toda la música de la galaxia, a discos descatalogados o perdidos, a todos los estilos musicales imaginables, en fin: a la música en toda su maravillosa e infinita variedad. Además, me gusta poder elegir varios discos seguidos, ponerlos en el reproductor y dejarlos sonar en repeat, a veces durante días enteros. Es cierto que la calidad del sonido puede no ser la ideal, pero tampoco es tan mala considerando que cuando era chico la única manera que uno tenía de acceder a los discos no editados en el país era a través de cassettes grabados de cassettes grabados de cassettes grabados, con un ruido a cinta descomunal.

- ¿Algun tesoro escondido por ahí?
Siempre me gustó descubrir música por mí solo, no sé si por algún tipo de orgullo absurdo o porque me molestaba después, al escuchar el disco, que se me apareciera la cara del que me lo recomendó robando cámara. Apenas alguien me decía “tendrías que oír tal banda”, evitaba hacerlo tanto como podía, y me la pasaba leyendo cientos de revistas de rock nuevas o viejas buscando información sobre grupos por conocer. En la última década, dediqué miles de horas a visitar blogs ignotos que recomiendan discos diciendo “este álbum es una gema perdida de 1968, de la que se hicieron sólo cincuenta copias, el cantante murió de apendicitis precoz y pasó al olvido, pero es mejor que los Beatles.” Recomiendo los siguientes, algunos aún andan boyando por Internet:
The Strange - Nights of Forgotten Films (2004)
Euphoria - A Gift from Euphoria (1969)
Roger Rodier - Upon Velveatur (1972)
Decorators - Rebel Song (1983)
Eric Andersen - Blue River (1972)
Ramases - Glass Top Coffin (1975)
Ottoman Empire - Lester Square (1993)
Trevor Swadling - Endless Surprise (1982)

- ¿Colaboraciones con otra gente?

Siendo solista, casi todos mis conciertos y grabaciones son colaboraciones con otra gente. En mis discos suele haber una veintena de músicos participantes. Una de las mayores bellezas de hacer música es que es una actividad que podés compartir con otra gente, y que es fácil y hermoso renovar o redecorar tu universo con el aporte del talento ajeno. También he colaborado como guitarrista o cantante o banjoísta o generador de ruiditos varios en muchos discos ajenos. Ultimamente viajo mucho a tocar solo con la guitarra y suelo invitar a músicos locales amigos a acompañarme en algunos temas; eso ayuda a que cada show sea único e irrepetible.

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