jueves, 26 de julio de 2012

5 Canciones 5: Tomorrow, Stiff Little Fingers, Robyn Hitchcock, the Auteurs y El Violinista del Amor

Revolution
Tomorrow

Se ve que en una época se creía fervientemente que por tomarte unos ácidos ibamos a ser todos libres y los gobiernos autoritarios dejarían de existir. ¿Quien puede culparlos? En el único LP de Tomorrow aparece esta joya con todas las características de la mejor psicodelia británica. Efectos de estudio, mucha producción, instrumentos de color raros y un Steve Howe pre-Yes muy joven, dando las primeras muestras de talento. Hay cambios de ritmo frenéticos y secciones notablemente diferentes. Temazo. 
Aparece originalmente en: Tomorrow (1968)

The Only One
Stiff Little Fingers
En el tercer disco de estudio de la banda irlandesa liderada por el "garganta con arena" Jake Burns aparece este reggae. Fusionado con punk, obviamente. A ellos eso les salió bien siempre (recuerden el tremendo cover de Marley en el primer disco). Viendo que a tantos grupos les sale tan mal esa fusión hoy en día un poco gastada, nunca viene mal volver a las fuentes para recordar de donde viene la cosa.
Aparece originalmente en: Go For It (1981)

The Yip Song
Robyn Hitchcock & the Egyptians
¿Que hacés si tu viejo se está por morir de cáncer? Si sos Robyn Hitchcock hacés una canción freneticamente tonta y pegadiza con una letra a medio camino entre protesta surrealista y trabalenguas para chicos. Hasta se da el gusto de formular opiniones a favor de la eutanasia (de manera oblicua, claro). "Este tipo se fue, se fue y yo me puse triste" en medio de un ritmo desenfrenado y coros beatle. Genialidad en su estado más puro.
Aparece
originalmente en: Respect (1993)

Don't Trust the Stars
The Auteurs
A los Auteurs y a su líder Luke Haines siempre los comparan con los Smiths, Bowie y los Kinks pero... ¡Nada que ver! O si, pero si esas son sus influencias sí que sabe utilizarlas porque esta es una música con personalidad propia. Si, está bien, es rock de guitarras de los noventa pero... ¿A qué se parece? Sólo a The Auteurs y eso ya es muy meritorio. Esta es una joya del primer disco de estudio, de New Wave. Gran disco. Gran tema.
Aparece or
iginalmente en: New Wave (1993)

Jugando a Adorar
El Violinista del Amor & los Pibes que Miraban
Esta es la música actual que aporta, que vale la pena. Son esos grupos que tienen tantas influencias que hasta resulta difícil detectarlas. De esa inmensa mezcla sale siempre algo nuevo, que puede no ser revolucionario, pero que suma. Y mucho. Esto es Johnny Cash, con Scott Walker, con tango y los Balcanes. De repente frena y aparece el horizonte agreste del desierto, de la llanura. Con armónica y banjo lo imaginamos en seguida a Clint Eastwood con el habano ladeado y mirando a lo lejos.
Aparece originalmente en: Saltando de Alegría (2011)




viernes, 20 de julio de 2012

El Festival de los Viajes - La Reserva de los Lieros

Y pensar que todavía hay gente que dice cosas como “no pasa nada en el rock” o “la música actual no tiene nada que aportar”. Típicas afirmaciones de los holgazanes mentales que terminan pagando sumas delirantes para ver a viejos decrépitos, haciendo los mismos temas de siempre, en condiciones que muchas veces rozan lo bochornoso. Suelen ser quienes empiezan sus frases con un “en mi época…” como si en esta época estuvieran muertos. Esta que vivimos… ¿ya no es tu época? No digan que esa frase no es rara.


El Festival de los Viajes ya tiene tres discos de estudio, unos cuantos EPs y van firmes por un camino completamente propio, cien por ciento idiosincrático. Ya tenían la identidad enteramente definida en el primer disco de estudio, el homónimo del ’07 pero ahora suenan todavía mejor, más afianzados, más seguros. En todo sentido. Son unos de esos grupos que logran el balance justo; no intentan ser modernos pero lo consiguen y también son clásicos sin sonar a vejestorio, a simple regurgitación barata de influencias.

Hay un marco de referencias, por supuesto. Quizás lo más evidente sería el krautrock, el spaguetti western de Morricone y Pink Floyd. Pero una escucha más atenta revela un relectura del post punk (Siouxsie), Spacemen 3 y toda la neo-psicodelia yanqui de los noventa. Escuchen “Hippie”. Tranquilamente podría ser un Amon Dü
ül del siglo veintiuno. Incluso “la chica” canta parecido a Renate Knaup-Krotenschwanz, sobre todo en la manera de usar la voz más como un instrumento melódico que como vehículo para recitar letras. “La chica” en realidad se llama Sabina Schapiro y eso lo sabemos por los discos anteriores, porque en este no dicen nada en el librito. Enigmáticamente solamente tiene las letras impresas. Es música rara, de ninguna manera esto va a sonar en las radios pero es claro que esa no es la intención de la gente de El Festival de los Viajes, que no hacen la más mínima concesión con su música y eso es -precisamente- uno de sus mayores atractivos. El “la-la-la” medio beatlesco en la coda del tema final, “Refugiado”, podría parecer un conato medio pop. Pero no; está atravesado por una infinidad de efectos de sonido y coros de ultratumba. “Disparen” es el tema con que empieza La Reserva de los Lieros y deja claras las intenciones desde el vamos; el disco está concebido como una totalidad, está hecho para escucharlo entero y no para destrozarlo en un aparatito de mp3. En el medio hay temazos como “El Tambero del Estero” o el impresionante “Ella Va Detrás”.

¿Qué pasaría si El Festival de los Viajes fueran yanquis o ingleses y grabaran para el sello Jagjaguwar o cualquiera de los que editan a grupos que podrían emparentarse con este? Seguramente estarían en la tapa de varias revistas de esas que se suben en seguida a cualquiera de los trencitos que pasan. Pero mejor dejemos de despotricar y especualar y disfrutemos del tercero de El Festival de los Viajes. Han hecho un gran disco.





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Claudio Gabis y La Pesada - Idem
Julian Cope - Interpreter
El Festival de los Viajes - Disparen!

jueves, 12 de julio de 2012

The Dream Syndicate - Ghost Stories

¿Cuántas veces vista la banana que estampó Warhol en la tapa de ese disco? ¿Cuántas veces la viste en la mochilita de la piba del secundario? ¿Será que ya perdió cualquier rastro de significado? Hubo un tiempo, no hace mucho, que saber de qué se trataba The Velvet Underground era como saber la contraseña para acceder a la mejor fiesta, para ingresar en una cofradía que te iba a dar cobijo. Si eras un desclasado, alguien que no se identificaba con nada y no creía en casi nada, sabías que ahí tenías cabida. Pero en vez de llorar como viejos chotos (y encima por una época que no vivimos) vamos a hablar un poco de Dream Syndicate, que es, fue y será la banda de Steve Wynn. Uno de los tipos con más onda en la historia del rock, pop o como prefieras llamarle a toda esta enfermedad.

El tipo trabajaba atrás del mostrador en Rhino, antes de que sea el sello un poco nostálgico que es hoy en día. Tenía “acceso”, digamos. Mientras grababa y mezclaba el totalmente-fundamental The Days of Wine and Roses, trasnochaba y se iba (casi sin dormir) a atender la disquería al otro día. Un verdadero apasionado, podría decirse. Después vino otro discazo, uno de esos que te golpean, te sacuden y te noquean con el placer masoquista que sólo la música puede dar. Ese disco fue Medicine Show y si todavía no lo tenés o no lo escuchaste, tratá de remediar eso cuanto antes.

Este, Ghost Stories, es el cuarto LP de estudio de estos californianos guitarreros y es considerado, de manera totalmente injusta, un disco menor en la breve pero importante discografía de Dream Syndicate. ¡Otro grave error! Ghost… es un gran disco. No tendrá la importancia histórica de los dos primeros pero tiene mejores canciones, muestra a una banda más afianzada, componiendo con más soltura. ¡Y eso que para esta altura ya se había ido Karl Precoda! Si Wynn era el pibito snob y canchero que conocía los discos que nadie se podía comprar, Precoda era la contrapartida; andaba con remera de Iron Maiden y hasta se dice que audicionó para la banda de Edgar Winter. ¡Pero como tocaba la guitarra! Acá la falta de combustión y el semi-virtuosismo adolescente de Precoda están compensados con canciones. Grandes canciones. Arranca con "The Side You’ll Never Know" y ya está el partido ganado sin jugarlo. La base rítmica bien Crazy Horse, la voz medio desafinada de Wynn y las guitarras. Esas guitarras. ¿Querés un vals circense medio ebrio que no estaría mal en cualquier disco de Tom Waits? Tomá "My Old Haunts". ¿Querés saber que hubiera pasado si los Stones no perdían el hambre de gloria allá lejos y hace tiempo? Escuchá "Loving the Sinner, Hating the Sin", con un título de esos que te dejan pensando (sería “amando al pecador, odiando el pecado”). Y si te habías olvidado de lo bien que queda una buena balada en medio de un disco a puro torbellino de seis cuerdas, nunca viene mal pegarle una refrescada a "Whatever You Please". ¿Querés el blues podrido que a los White Stripes nunca les terminó de salir? Ahí está "Weathered and Torn".

Después de este vino el documento en vivo Live at Raji’s a modo de broche de oro de una carrera que hubiéramos querido que nunca se termine. Pero para los que nos quedamos con ganás de más. Ahí están los discos solistas de Steve Wynn. Tiene muchos y todos valen la pena. Para la próxima…





Chequear también:

Neil Young & Crazy Horse - Live Rust
The Dream Syndicate - Out of the Grey
Plasticland - Salon

sábado, 7 de julio de 2012

Entrevista: Rhys Webb de The Horrors

Con el furor de las reediciones y la masividad de internet, hoy en día, puede pasar que alguien sea totalmente fanático de The Id, Andwella's Dream o High Tide y no tener la menor idea de la existencia de Donovan, The Who Sell Out o Jefferson Airplane. No sabemos si ese es el caso de Rhys Webb, bajista de The Horrors, pero hace poco salió esta nota en una edición especial de la revista NME completamente dedicada a rescatar "discos perdidos". Varios músicos y periodistas eligieron música no del todo conocida, actual, de los ochenta, setenta, etc. Se ve que el amigo Rhys está investigando bastante, estos fueron los cinco discos que eligió y comentó:





Sam Gopal
Escalator
(1969)
Los maravillosos Sam Gopal sacaron un solo disco en el sello chico Saga en 1969. La leyenda dice que se grabó en una sola noche en una bruma de hachís y de sueños de hongos. Y la verdad es que suena como si eso fue lo que pasó. Una guitarra fuzz voladora a cargo de un Lemmy pre-Hawkwind se abre su malvado camino a través de grooves hipnóticos de tablas. El acid folk se mezcla con el rock psicodélico, es definitivamente un para “apagar tu mente, relájarte y flotar en la corriente”, como decía Lennon. La banda tocó en todos los lugares con onda del underground londinense. El disco vendió muy poco pero ahora ha sido resucitado como un clásico intachable del género.

Dark
Round the Edges
(1972)
Dark grabó el legendario LP Round the Edges en 1972. No es un disco enteramente psicodélico, pero aún así tiene muchas cosas de ácido, este monstruo es el proto-hard-rock en su mejor nivel. Por momentos progresivo, aunque no es indulgente, el disco está dominado por el fantástico trabajo de guitarras de Steve Giles y Martin Weaver. Originalmente solo se prensaron cincuenta copias a modo de regalo para las novias, familia y amigos de la banda. Ahora descubierto por pirateadores y gente que se dedica a hacer reediciones, el disco está disponible para las masas y es sin dudas uno de los mejores ejemplos del género. Los riffs parten al oyente de oreja a oreja mientras el bajo machaca y la batería redobla. Empiecen con “Zero Time” y escuchen de que va todo esto.

Group 1850
Agemo’s Trip to Mother Earth
(1968)
La respuesta holandesa a Pink Floyd, Group 1850 grabó algunos de los más fantasticamente desquiciados discos de la segunda mitad de los 60’s. Tocan un rock pesado y pasado de ácido, la banda hace uso de todos los recursos psicodélicos que existían en el estudio en la época. Con el efecto de phasing al máximo, el disco tiene todo el tufo del temido lisérgico del Doctor Hoffman. “I Put My Hand On Your Shoulder” es un viaje aparte, casi quince minutos de demencia hermosa. Mi corazón siempre va a estar con la psicodelia británica pero los holandeses son los que vienen después en mi ranking de favoritos. Hay una actitud potente y rebelde y un inmenso aire a actitud punk que caracteriza a un país que quizás tiene más acceso a drogas buenas que el resto. Agemo’s Trip to Mother Earth se las arregla para mantener al oyente pensando que tienen que disfrutar de este viaje, porque bien puede ser el último.

Lazy Smoke
Corridor of Faces
(1969)
Con un nombre fantástico (vendría a ser “fumada holgazana”) los Lazy Smoke se formaron en Massachussets en 1967. Su único LP, Corridor of Faces, editado por el sello Onyx, muestra una banda muy capaz componiendo música psicodélica pop hermosa muy influenciados por “los sonidos de pop experimental de nuestros favoritos Fab Four” (como ellos mismos declaran en la tapa). Por momentos suena como si estuviésemos escuchando un tema de Lennon que quedó afuera de Revolver, siempre con mucho buen gusto y habilidad. Melodías de ensueño que flotan sobre un buen trabajo de guitarra, un viaje cálido a los paisajes y el sonido de una generación enamorada. Calmo, eufórico y optimista, otro grupo perdido que tiene mucho para ofrecer. Disfrutenló.

Damon
Song of a Gypsy
(1969)
El larga duración debut de Damon cumple con todos los requisitos en lo que a “clásico perdido psicodélico” se refiere. Editado en un sello chico independiente y metido en una cubierta de cuero que se abría (un edición ‘gatefold’), se lo considera uno de los artefactos más buscados, con copias originales cambiando de manos a partir de los 1.000 dólares. El disco en sí es una asombrosa mezcla de zumbidos y ácido, con la voz mística de Damon fluyendo sin esfuerzo sobre grooves de percusión. También tiene buen trabajo de guitarra de Charlie Carey, que había entrado a la banda justo antes de las sesiones de grabación y fue encomendado con un simple “sentilo” y se le pidió que toque lo que quiera. El destacado “Don’t You Feel Me” es un ejemplo perfecto de esta gran banda poniendo manos a la obra.

domingo, 1 de julio de 2012

Captain Beefheart and the Magic Band - Bluejeans & Moonbeams

Hace poco se editó una biografía escrita por John French, más conocido como “Drumbo”, podría decirse que es el baterista que más “soportó” tocando con Beefheart. El pobre tipo cuenta una buena cantidad de mentiras, torturas y excentricidades propias de Don Van Vliet, más conocido como Captain Beefheart. Cuenta como Safe As Milk salió adelante gracias a que Ry Cooder “armó” todos los temas para poder grabarlos y hacer con esas ideas sueltas un disco ya que era imposible hacer que Beefheart se presentara en la sala de ensayo y dejara de gritar instrucciones desde la cama. O como el mismo Cooder hizo que el millar de servilletas con anotaciones y hojas sueltas terminaran siendo letras con un principio y un final. O cuando intentaba convencer a sus músicos de que tenía poderes telepáticos usando trucos baratos. También están las anécdotas más conocidas sobre las grabaciones de Trout Mask Replica, donde sometió a los músicos a una dieta rigurosa -y escasa- de porotos, tratando de privarlos del sueño y encerrados en una casa en ruinas. Según él las condiciones extremas llevaban la música a límites insospechados. French en ningún momento lo niega, es más; a pesar de desenmascararlo en muchas cosas, en ningún momento cuestiona su indudable genio e impresionante torrente creativo.

Lo cierto es que Beefheart, en un momento de su carrera se cansó de ser el mimado de los críticos y que los músicos lo elogiaran en todos lados y quería vender algún que otro disco. Claro, es lógico, Lick My Decals Off, Baby, Mirror Man, esos discos son impresionantes demostraciones de “descontrol-controlado”, pero siempre fueron, son y serán queridos (y escuchados) por freaks, dementes y ovejas negras. Sentite incluído si estás leyendo estas líneas, por supuesto. Tanto este disco como el que lo precede son intentos de Beefheart por alcanzar cierto nivel de masividad, de “suavizar” su sonido, pulir las aristas y alcanzar otro público. Él los negó siempre, arrepintiéndose de la movida casi en seguida. De más está decir que jamás alcanzó su propósito… Beefheart nunca va a poder “ocultar” quién es.
Jamás.

Un ejemplo claro es "Further Than We've Done", una balada art-rock que bien podría haber sido del mejor Genesis, pero no, la canta Don Van Vliet con esa voz de gárgaras de tachuelas. Tiene unos arreglos de guitarra totalmente convencionales (en el buen sentido de la palabra). Si a vos que sos fanático de los Stones te dicen que la banda se volvió punk rock… ¿No te interesa escucharlo? Esto es Bluejeans and Moonbeams. Un experimento fallido. Pero no por falta de calidad. Escuchen a nuestro héroe disparándose -ametrallándose- el pié en "Same Old Blues" con una letra en la que parece cagarse en absolutamente todo. ¡Y es un temazo! El aplastante groove con que empieza el disco, de la mano de "Party for Special Things to Do" o el casi sureño "Twist Ah Luck" en donde casi suena parecido a un tema de la buena época de Little Feat.

En la tapa de Unconditionally Guaranteed, del mismo año y anterior a este, el Capitán aparecía en la tapa apretujando dos manojos de la famosa y polémica divisa del país del norte, como para darle a entender a sus fanáticos que todo esto es (y será) un gran farsa y que más vale jugar el juego y reírse un poco para soportarlo. Gran idea.




Chequear también:

Captain Beefheart & the Magic Band - Strictly Personal

Captain Beefheart - The Spotlight Kid

Captain Beefheart & the Magic Band - Doc at the Radar Station

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